viernes. 26.04.2024

Han pasado dos meses desde que la Fundación DYA Cantabria pusiera en funcionamiento, por primera vez en el municipio, un servicio de baño adaptado para personas con movilidad reducida. En este espacio de tiempo y teniendo en cuenta que la climatología no ha acompañado mucho este verano, el número de baños ascendía ayer a 150, «y con la previsión de cerrar el próximo día 31 con más de 160», según avanzó ayer el presidente de la Fundación DYA, Rafael Gómez, durante la clausura de este servicio.

Y es que esta propuesta pionera en el municipio ha cumplido un doble objetivo: de un lado, ofrecer a las personas con discapacidad la posibilidad de bañarse y de otro, colaborar en su incorporación al mercado laboral. Ya que los monitores de baño, encargados de prestar el servicio, han sido a su vez personas discapacitadas.

En este sentido, el presidente de la Fundación DYA felicitó al Centro Especial de Empleo Geseicán DYA, entidad encargada de la gestión y prestación del servicio «por su buen hacer, tanto en la pulcritud del desarrollo técnico del trabajo, como en el exquisito trato humano que han dispensado a los usuarios y sus acompañantes».

Durante la mañana de ayer, y debido al buen tiempo que reinó durante toda la jornada, fueron varios bañistas discapacitados los que pudieron disfrutar de este servicio. Niños, personas de edad avanzada... Muchos de ellos llevaban años sin bañarse en la playa. Otros tantos, incluso se bañaban por primera vez en su vida. «La única pena que tengo en este momento es que ya finaliza, y como les comenté el otro día a los responsables de la DYA, intentaremos que el próximo año sea hasta mediados de septiembre», comentaba la responsable de Asuntos Sociales, Elisa Dopico.

Entre los más de 150 usuarios que han se han animado a disfrutar de un chapuzón en el vehículo adaptado, han participado personas de la Residencia Isasti de Gorabide, en Lanestosa, y la Residencia Municipal de Castro.

Obsequio

Durante la celebración de la clausura del baño adaptado, los responsables de la Fundación DYA obsequiaron a las personalidades invitadas, entre las que se encontraban el concejal de Industria del Ayuntamiento de Castro Urdiales, Agustín Fernández, y el director de la Obra Social de Caja Cantabria, Juan Muñíz, con una piedra de la playa de Ostende, rotulada y vidriada por los monitores de baño como recuerdo.

Todos los allí presentes coincidieron a la hora de señalar que esta alternativa tendrá que tener continuidad el años venideros.

«Llevaba 22 años sin bañarme en la playa»

Luisa Laiseca es una de las más de ciento cincuenta personas con discapacidad que ha podido disfrutar del baño adaptado que la Fundación DYA ha puesto en marcha en Castro Urdiales por primera vez.

Luisa cumplió ayer uno de sus deseos: poder bañarse en la playa después de 22 años. «Me lo he pasado muy bien. El agua estaba un poco fría, pero enseguida me he hecho a la temperatura». Esta castreña de 43 años, como otros compañeros de La Residencia municipal, se acercaron a la playa de Ostende para disfrutar del día. «Estoy muy animada a repetir. Se disfruta mucha con esas sillas», reconoció.

Extraído de: eldiariomontanes.es

Un chapuzón merecido para todos los discapacitados