salía en motocicleta con su novia del garaje de su urbanización, en
Castro Urdiales, identificó ayer a Ángel Luis G.M. como uno de los
cuatro agresores (tres hombres y una mujer), que le propinaron una
paliza y le intentaron secuestrar el 22 de agosto de 1999. Los otros
tres implicados en el incidente -José Ramón M.A., Manuel C.P. y
Patricia S.F.-ya fueron condenados el pasado año por sentencia en una
vista oral en la que no se citó a Ángel Luis G.M. quien se encontraba
en paradero desconocido.
La
víctima explicó ayer ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial
de Cantabria que reconoció al procesado durante la agresión, ya que
Ángel Luis G.M. había estado trabajando para él en la discoteca 'Mambo'
durante dos años.
Al inicio del juicio, el letrado defensor
del procesado adujo «prescripción» del delito y «situación de
indefensión muy grave», lo que fue rechazado por la Sala, ya que Ángel
Luis G.M. estaba en busca y captura, con lo que se incoaron actuaciones
judiciales, lo que interrumpe la posible preinscripción.
El acusado lo niega
El
acusado aseguró que él «no golpeó a nadie» el día de autos, y que
simplemente se había encontrado «en una cafetería» a José Ramón M.A. y
a su novia Patricia S.F.. Estando con ellos, vio como de repente José
Ramón M.A. se enzarzó en una discusión con León, que estaba en moto con
su novia, hasta que acabaron los dos hombres pegándose y rodando por el
suelo. Él sólo intervino para intentar separarles, aseguró.
Completamente
distinta fue la versión de León, que mantuvo que cuando salía sobre las
10.00 horas del 22 de agosto de 1999 del garaje de su casa, tres
hombres y una mujer le «abrieron la cabeza» con golpes propinados «con
un palo», al tiempo que recibía «patadas y puñetazos e intentaban
meterle en el «maletero» de un coche.
Cuatro testigos directos
de la agresión testificaron ayer también cómo vieron a «tres hombres y
una mujer» propinar «una paliza monumental» a León, a quien intentaron
introducir en el porta-maletas de un automóvil.
En las
conclusiones finales, la Fiscalía mantuvo los ocho años de prisión para
el acusado por dos delitos de lesiones y otros tantos de detención
ilegal en grado de tentativa, pues, a su juicio, están «plenamente
acreditados» por «la prueba testifical contundente».
Extraído de: eldiariomontanes.es