Castro Urdiales ha registrado desde 1995 un crecimiento demográfico
impresionante. Entonces, había 15.167 empadronados. Hoy el número de
residentes oficiales ha rebasado la barrera de los 31.000. Y a ellos
hay que añadir la población 'flotante', que sitúa la cifra real de
vecinos cerca de los 60.000. Buena parte de estos nuevos habitantes son
parejas treintañeras con niños pequeños o, al menos, con idea de
tenerlos a corto plazo. Este fenómeno ha provocado que el municipio
costero sea uno de los más jóvenes de Cantabria, ya que un 60% de sus
residentes aún no ha llegado a la barrera de los 50 años y en sus
calles juegan más de 2.000 menores de cinco años. Y estos últimos datos
se refieren sólo a la gente censada.
Este 'overbooking' infantil y juvenil se ha traducido en la acuciante
necesidad de contar con un mayor número de centros educativos, ya que
los cuatro colegios públicos (más otro concertado) y los dos institutos
de Secundaria que funcionan en la localidad se han quedado muy cortos
de espacio. Por eso, el Gobierno de Cantabria ha planteado una batería
de medidas. Como proyecto más urgente, el Ejecutivo regional inició el
año pasado las obras de la quinta escuela. Además, también está a la
espera de recibir los terrenos para construir la sexta -que podría
edificarse en la pedanía de Sámano- y proyecta levantar un tercer
centro de Educación Secundaria en el barrio de Cotolino. Este instituto
se abriría «dentro de dos o tres cursos».
2.177 niños de Infantil y Primaria empezaron el curso escolar en la
localidad costera en 2007; es decir, 227 más que en el curso anterior.
La mayor parte de ellos son de familias vizcaínas, colectivo que supone
el 35% del censo municipal. Y es que el territorio histórico añade a la
localidad costera un 'plus' de medio millar de habitantes cada
ejercicio. Por este motivo, los centros educativos castreños
consiguieron, a duras penas, absorber ese incremento en la demanda. Sin
embargo, su capacidad para estirar un poco más el espacio se hallaba
muy cerca del límite.
El Ejecutivo regional, en este sentido, trató por todos los medios
de inaugurar el nuevo colegio de Santa Catalina el verano pasado, pero
la «complejidad de la obra», proyectada desde 2005, y los retrasos
acumulados por diversos desencuentros con el Ayuntamiento dirigido por
Fernando Muruguza en relación a la cesión de los terrenos lo impidieron.
De esta manera, el quinto colegio público ofrecerá 795 nuevas
plazas para escolares de entre 2 y 11 años. Las obras de la escuela
acabarán en julio, por lo que el Gobierno regional acaba de garantizar
que el ansiado equipamiento docente entrará en funcionamiento en
septiembre.
Otra guardería
Dotada de 30 aulas de Infantil y Primaria, gimnasio y comedor,
la construcción de esta nueva y necesaria infraestructura ha supuesto
una inversión cercana a los seis millones de euros.
Otra de las históricas reivindicaciones del Consistorio costero es
la construcción de una segunda guardería pública. A pesar de que hay
1.200 niños menores de dos años censados, la localidad sólo dispone de
una escuela infantil, que funciona desde hace cuarenta años con una
capacidad limitada de 61 plazas. Por este motivo, el equipo de gobierno
municipal lleva años reclamando al Ejecutivo cántabro la apertura
«urgente» de otro centro público para los más pequeños.
Extraído de: elcorreodigital.com