sábado. 27.07.2024

Una forma muy divertida de conocer Castro Urdiales y saber de dónde vienen sus actuales costumbres es apuntarse a las visitas guiadas al casco urbano, una actividad impulsada por la Concejalía de Turismo. La visitas son a diario por la mañana, a las 11 horas, y por la tarde, a las 17 horas. Aunque desde septiembre sólo se realizarán los fines de semana: los sábados a las 17 horas, y los domingos a las 11.
Los grupos de turistas son de unas treinta personas, aunque este verano se han permitido hasta cuarenta «porque en agosto hemos estado al cien por ciento», explica Consuelo Sáez, encargada de estos paseos culturales y turísticos.

La mayoría de los visitantes que participan en esta actividad viene de Madrid, Castilla-La Mancha, Zaragoza, La Rioja, o Álava. Aunque este mes ha habido mucha gente del Mediterráneo, sobre todo de Cataluña y Murcia.

También, merece la pena otra visita, en este caso al Centro de Interpretación de Santa Ana, donde se puede ver la excavación arqueológica bajo las cristaleras a ras de suelo. Allí la castreña Patricia Camino cuenta todos los detalles del lugar, con mucho desparpajo.

Las visitas diarias al centro son de 12 a 13.30 horas y, por la tarde, entre las 18.30 y las 20 horas, hasta mediados de septiembre. Los sábados sólo por la tarde y los domingos por la mañana.

El recorrido

En la visita a través del casco urbano castreño y del conjunto artístico-histórico-monumental se relatan los entresijos del Castro fortificado, cuyas casas torres jugaban un papel importante en la defensa del enclave. Los visitantes también aprenden que el peñón de Santa Ana servía para avistar cualquier movimiento.

Estos datos y muchos más, como que la iglesia padece el mal de la piedra o que las traineras nacen como deporte surgido de la competencia entre los pescadores por llegar los primeros a puerto sorprenden a los visitantes que realizan el recorrido.

Laredo versus Rucabado

Otra nota histórica que llama la atención, incluso a los castreños, es la rivalidad nacida entre los arquitectos municipales Eladio Laredo y Leonardo Rucabado, ambos con trabajos muy reconocidos en la ciudad. Es curioso porque los dos artistas comparten espacios con sus monumentos, como el camposanto castreño que está declarado Bien de Interés Cultural. Aunque al final Laredo se decantó hacia el modernismo y Rucabado hacia la arquitectura más tradicional, un gusto estético diferente que diferenció, finalmente, sus trabajos.

El primer ascensor

Entre las curiosidades, que durante una hora y 15 minutos relata como nadie Consuelo Sáez, destaca también que el primer ascensor del Norte de España se instaló en la casa de Isidro del Cerro, en la avenida de La Constitución. Hubo mucha expectación en la inauguración del edificio porque hasta entonces no se conocía el elevador. Sin embargo, «los vecinos del bloque no lo usaron por miedo», asegura la guía.

Los turistas que realizan la visita guiada se sorprenden cuando suben al puente medieval -que no romano, como se suele decir en el mismo Castro y en muchas guías- y ven a los muchachos saltando al agua desde la rampa de San Guillén. «Cuando dominan la técnica, van subiendo de altura, y se tiran desde el peñón de Santa Ana que domina la bahía castreña. El último escalón es lanzarse desde el puente medieval con alta mar», cuenta Sáez.

También les sorprende que de los emblemáticos edificios del casco antiguo cuelgue la ropa tendida porque en otras ciudades está prohibido para no romper la estética. «Sin embargo, estos vecinos no tienen patio interior y es la única forma en que puedan secar la ropa», cuenta Consuelo.

Fuente: eldiariomontanes.es

Un paseo por Castro