miércoles. 24.04.2024

Si no hay parada biológica y no se cierra la pesquería del bocarte, el pez que en salmuera se llama anchoa, (Engraulis encrasicholus) podría desaparecer en poco tiempo, según ha alertado la investigadora del Instituto Español de Oceanografía Begoña Villamor.
El Gobierno español se reunirá mañana con representantes del Ejecutivo francés y de la Comisión Europea para encontrar una solución a las dificultades que están atravesando los pescadores por la escasez de anchoa en el Golfo de Vizcaya.



De la situación da una idea que si en 1965 se pescaban 80.000 toneladas de anchoa en el norte, en los años 90 eran unas 30.000 de media, de 2002 a 2004 fueron 10.000 y cuando el pasado 13 de mayo volvieron los pescadores españoles y terminó la temporada de este año, no habían capturado ni 200.



Villamor, especialista en anchoa y caballa, aseguró que la razón es "multifactorial", es decir, es una combinación de sobreexplotacion, de reducción del espacio (la esquina del Golfo de Vizcaya y parte del norte de Francia) y "una mezcla de parámetros medioambientales, cuya modificación afecta mucho a esta especie".



En ese último aspecto están estudiando "qué les esta influyendo más, si el cambio de las temperaturas, la salinidad, los vientos, que facilitan la dispersión del alimento, o una combinación de todo", indicó.



El bocarte, que en el mundo solo se da en esa zona y en Cádiz, aunque se trata de otra especie, tiene una vida muy corta, entre 3 y 4 años, y además sufre muchas fluctuaciones debidas a fallos "en el reclutamiento", es decir, en los nuevos ejemplares nacidos que sobreviven y se incorporan a la población.



Desde 2001 ha habido fallos continuados en el reclutamiento, porque han nacido anchoas pero no han sobrevivido y cuatro años seguidos con esa situación se traduce "en una disminución drástica de la población pero, además, de la población reproductora", explicó Villamor.



Alarma reactivada este año



Ya desde 2002, los dictámenes científicos, realizados tras evaluar los datos de las pesquerías, vienen detectando el problema y se ha aconsejado en varias ocasiones que se reduzcan las capturas, "pero la alarma se ha activado este año".



Se aconsejó que las capturas se redujeran, que no se pescaran más de 5.000 toneladas, y además que se revisara el Total Admisible de Capturas (TAC) "porque había una probabilidad muy alta de que si volvía a fallar el reclutamiento el ciclo reproductor descendería mucho y eso es lo que ha ocurrido".



Ahora, además, y en virtud del acuerdo de Arcachon, es decir la cesión española de 9.000 toneladas a Francia a cambio de que España faene sola de abril a junio, supone que el próximo miércoles el país vecino podrá empezar de nuevo las capturas.



La investigadora es totalmente partidaria de que se cierre la pesquería y que se regenere la población, al menos hasta que se supere la biomasa límite, calculada en unas 21.000 toneladas.



La anchoa, agregó, es muy importante, tanto por número de pescadores, unos 3.000, como por las empresas conserveras, "de ahí que el problema sea tan gordo, pero también es un asunto de biodiversidad y conservación de las especies", agregó Villamor.



Fuente: elmundo.es

Los científicos alertan del peligro de desaparición del bocarte