Situado en un enclave privilegiado, el cementerio de La Ballena de Castro Urdiales, de estilo neogótico, es uno de los pocos camposantos españoles declarados Bien de Interés Cultural.
Quizás por ello, no es difícil ver por sus alrededores a turistas que se mezclan con quienes acuden a visitar a sus difuntos. «Venimos desde Francia, y estamos haciendo el camino de Santiago. Nos había dicho que el de Castro era un cementerio muy bonito, pero la verdad es que es mejor de los que esperábamos», comenta Marguerite, que observa con detenimiento uno de los panteones. No muy lejos de ella, escucha sus palabras una vecina que adecenta el nicho de su madre.
«Sí, sí, es precioso, pero está bastante dejado. Hay pintadas, los jardines no están cuidados y esa puerta, han tardado más de ocho meses en arreglarla», critica mientras señala una de las entradas laterales. Mientras la turista continua su paseo, Ana, -que así se llama la vecina- lamenta que «los responsables municipales no pongan más atención a este sitio».
«Sólo se acuerdan de él cuando llega el Día de Todos los Santos», dice indignada. Sus palabras son suscritas por el ex alcalde de la localidad, Rufino Díaz Helguera, quien culpa al equipo de Gobierno de la falta de atención que recibe el cementerio municipal. «Hay barandillas rotas, destrozos en los accesos para minusválidos, pintadas, y hace poco hasta hubo un fallo en el aparato refrigerador del tanatorio», detalló el ex edil socialista, que responsabiliza de esta situación «al departamento de Obras y al de Hacienda», ya que «hay que destinar una partida para acondicionar el cementerio».
Por su parte, el delegado del área de Obras, Salvador Hierro, ha reconocido «que ha habido quejas vecinales» y que existen deficiencias. Sin embargo, ya se han puesto en contacto con la empresa encargada del mantenimiento.
Fuente : elcorreodigital.com