Es como ver secuelas de una misma película. Con actores de lujo y un buen hilo argumental, pero siempre con el mismo final, feliz o no según se mire. El Construcciones Quintana Castro volvió a tener contra las cuerdas a uno de los grandes favoritos, pero de nuevo falló cuando pudo haber matado el partido y vio como dos genialidades con aire brasileño, en esta ocasión obra de Silami, permitían a los visitantes arrancar el cuarto empate de la temporada en el Peru Zaballa.
Construcciones Quintana: Luisma Haro, Pedro (1), Edu Vidal (1), Fernando Pascual y Abel Macías. Chiqui Gil, Sergio Izquierdo y Yeray
Armiñana Valencia: Aitor, Vicentini, Márquez, Passarinho y Silami (2). Kiko, Jordi, Juanjo, Cassio Correa y Joaquín
Arbitros: Quintana Urzábal y Ventayol Gómez, del colegio vizcaíno. Mostraron tarjeta amarilla a Edu Vidal por parte local, así como a Juanjo y Passarinho por parte visitante.
Goles: 1-0, Pedro (15'); 2-0, Edu Vidal (24'); 2-1, Silami (26'); 2-2, Silami (36')
Pabellón: Polideportivo Municipal Peru Zaballa; 800 espectadores.
A estas alturas puede resultar reiterativo, pero es que de nuevo el Construcciones Quintana Castro mereció más ante uno de los mejores equipos de la División de Plata. Sin embargo, en esta categoría los puntos no se merecen, se obtienen o no.
Los rojillos, que a base de buen juego poco a poco están ganando crédito y pueden ser sin duda uno de los jueces de esta liga, volvieron a quedarse a punto de dar ese puñetazo sobre la mesa que todos esperan, aunque al menos les resta el consuelo de haber recibido a tres de los cuatro primeros clasificados en el último mes y no haber perdido con ninguno de ellos. 
El partido tuvo todos los alicientes esperados. Un encuentro igualado, con alternativas constantes en ambas metas y un plus de intensidad propio de las grandes tardes; El Construcciones Quintana salió enchufado desde el principio, y falta le hizo porque el rival que tenía enfrente venía a por todas. Esto provocó que los aficionados que poblaban las gradas del Peru Zaballa lo pasasen en grande, colaborando a dar al choque ese aire de fiesta propio de los grandes partidos.
Sin embargo, hubo que esperar quince minutos para ver el primer tanto de la tarde. Pese a que las primeras ocasiones fueron para los valencianos, Luisma Haro en unas ocasiones y la ordenada defensa rojilla en otras impidieron que los de Jose Escrich se adelantaran en el marcador. Tan solo por medio de disparos exteriores consiguieron los visitantes crear peligro, mientras que los castreños también amagaban sin dar, hasta que a los quince minutos apareció Pedro, que poco antes había recibido la placa que conmemoraba sus cien partidos con el conjunto castreño, para anotar el 1-0 a pase de Fernando Pascual.
De ahí al final del primer tiempo, los entrenados por Jero Ugarte se defendieron con uñas y dientes e incluso tuvieron dos ocasiones para haber marcado el 2-0 por medio de Pascual y Yeray, esta última a escasos segundos para el final del primer periodo. Sin embargo, el marcador no se movería.
Cuando no fallarían los castreños fue en los primeros compases de la segunda mitad. Un pase de la muerte de Sergio Izquierdo fue rematado a la red por Edu Vidal, aumentando la renta local y poniendo de nuevo en pie los graderíos del Peru Zaballa. Tras lograr esta renta, a los rojillos les tocaba aprobar su asignatura pendiente: conservar su ventaja.
No obstante, poco dura la alegría en casa del pobre. Dos minutos después, el brasileño Silami recibía un balón en tres cuartos de cancha y reducía distancias tras dejar sentado a su marcador. Como casi siempre, Silami puede pasarse todo el partido sin aparecer, hasta que de repente encuentra un mínimo hueco y la lía.
Con 2-1 llegaría el que pudo ser punto de inflexión del partido, con dos ocasiones casi a puerta vacía que se fueron al limbo cuando ya se cantaba el gol. Pedro, Sergio Izquierdo, Fernando Pascual o Edu Vidal pudieron colocar a los rojillos de nuevo con dos tantos de ventaja, pero el paso de los minutos no perdonaba y el cansancio hacía mella en los locales, que habían afrontado el partido con solo tres rotaciones y habían realizado un esfuerzo físico importante, por lo que poco a poco comenzaban a dar su brazo a torcer.
Y con el partido inclinándose para los visitantes mientras el Construcciones Quintana Castro sacaba fuerzas de donde no las había, encomendándose a San Andrés y a San Luisma Haro para defender su ventaja, al final pasó lo que ha venido pasando en las últimos partidos en casa del conjunto castreño: en los instantes finales apareció Silami, en esta ocasión tras una jugada de Márquez, para empatar el encuentro. Restaban cuatro minutos y todo podía pasar aún, hasta que los castreños ganasen el partido.
Porque la ocasión más clara antes del final del choque fue para los rojillos. A dos minutos del final, Yeray pudo marcar el 3-2 para el conjunto castreño desde los diez metros, pero su disparo se estrelló en el meta Aitor. Al final, de nuevo intercambio de golpes pero el marcador no se movió, dando lugar a un nuevo empate para los castreños, sexto en lo que va de temporada. Puede saber a poco a la vista de cómo se desarrolló el partido, pero vino a confirmar lo que muchos sospechábamos: este Construcciones Quintana Castro sigue siendo capaz de plantar cara a cualquiera.
A partir del próximo fin de semana, cambio radical para el conjunto castreño, que se enfrentará de forma consecutiva a cuatro de los cinco últimos clasificados de la tabla, esperando poder mejorar su puntuación y asentarse por fin en la zona tranquila de la tabla.
El juvenil sigue en lo má alto
Las victorias en su cancha del Construcciones Quintana Castro Urdiales ante el Ibarra y del Berrio-Otxoa ante GSI Bilbo permiten a ambos conjuntos mantener su pugna en la cabeza de la tabla del Grupo I de la Liga Nacional Juvenil. Los rojillos, único equipo invicto del grupo a estas alturas con siete victorias y un empate, aventajan en un punto a los bilbaínos, que tan solo han perdido un encuentro liguero, en la primera jornada y precisamente ante el conjunto castreño.
Ambos conjuntos han abierto una brecha importante con el grupo perseguidor que forman el GSI Bilbo, a cuatro puntos del liderato, y los dos últimos campeones, San Juan e Ibarra, a siete del Construcciones Quintana Castro. Por abajo, Sestao cae al puesto de colista tras su derrota ante el San Jorge por primera vez en la presente temporada gracias a la victoria a domicilio del Gaztelueta.
Fuente: Gabinete de Prensa CFS Castro Urdiales - Construcciones Quintana.
