jueves. 18.04.2024

El futuro de la actividad pesquera en Castro Urdiales pende de un hilo. Su supervivencia depende totalmente de los barcos de artes menores, que no atraviesan su mejor momento. El cierre prematuro de las diferentes campañas pesqueras ha hecho tambalear sus economías y prueba de ello es que, antes de que finalice este año 2011, la flota perderá siete barcos, propiedad de armadores que han decidido, en muchos casos, adelantar su jubilación movidos, precisamente, por la nefasta situación del sector. Incluso uno, el 'Siempre Eder' fue «malvendido» 'in extremis' para pagar la deuda contraída con el banco.


Con este panorama, los que se quedan (ocho embarcaciones) no se atreven a adelantar hasta cuándo. Es el caso de Santiago Alegría, armador del 'Flavi', que reconoce que se ha planteado en alguna ocasión dejar la mar y buscar trabajo en tierra. Se ha visto «ahogado» y no precisamente por el agua sino por la falta de ingresos. «El problema es que algo hay que llevar a casa para mantener a la familia y en tierra no hay trabajo ahora mismo». Lo mismo le ha pasado a José Ramón Arizmendi, del 'Siempre Alegría', que reconoce que «estamos tirando de la pila de los ahorros».

La desesperación es tal que, en ocasiones, han arriesgado su vida en busca del jornal. Tanto, que «hemos salido a verdel con temporal, jugándonos el pellejo porque si tienes nueve días de costera no te puedes permitir perder uno».

Y es que su problema no radica en la falta de pesca, ni siquiera en las ventas. El principio de todos sus males está en el cierre prematuro de aquellas campañas de las que depende su supervivencia. «Campañas como la de la pescadilla o el verdel que antes duraban dos y tres meses se han quedado ahora en sólo nueve días», insuficientes, según los pescadores, para hacer frente a los gastos de mantenimiento de las embarcaciones. «Para preparar el barco para una costera tenemos que hacer un importante desembolso económico y en tan pocos días es difícil amortizarlo, así que a veces te tienes que pensar si te compensa», asegura Manuel Alonso, armador del 'Punta Estebanot'.

Consideran que «quienes supuestamente no tienen que ayudar son quienes nos condenan». Se refieren a los que deciden el cierre de las costeras y, sobre todo, su distribución. En Castro abogan porque el cupo de cada especie se reparta por barcos «y que cada uno elija cuándo lo pesca». De esta manera se evitarían las «injusticias». «La merluza, por ejemplo, en nuestra zona entra en diciembre, el cupo se abre en octubre cuando la pesca está en Galicia y para cuando llega aquí ellos ya han terminado prácticamente el cupo, con lo que a nosotros nos quedan unos días, pese a que la mar está llena y se mete en las redes».

Por eso, Santiago cuenta cómo entre los armadores hablan ya de «ir a pescar plástico, que es a lo único que nos van a dejar ir».

La mala situación (armadores que se jubilan, cierres de campaña y familias que llegan justas a fin de mes) hace que sea raro que la gente joven se anime a coger el testigo de sus mayores. Jorge Alonso ('Punta Estebanot') forma parte del pequeño grupo de treintañeros que están embarcados en Castro. Cuenta que ha visto a muchos chavales de su generación dejar el oficio «porque no le ven futuro a un trabajo en el que no tienes un sueldo fijo al mes. Depende de las capturas y de los días que el tiempo te permita salir a la mar». Algunos como él aún aguantan, pero sólo el tiempo y la situación del puerto dirá cuánto.

Número rojos

A todo esto se suma el problema económico que arrastra la Cofradía de Pescadores de Castro y que se agudizará cuando la flota castreña se reduzca a casi la mitad. Como ya adelantó este periódico, entre el secretario y el administrativo cobran 5.200 euros al mes. Una cifra que, unida a las correspondientes pagas extras, a los 2.200 euros mensuales de Seguridad Social y al sueldo de 1.000 euros que percibe el Patrón Mayor, Pablo Villasante, suman, unos 125.000 euros anuales.

Por eso, el futuro más próximo del puerto de Castro pasa, en principio, por reducir la partida destinada a sueldos.


Los barcos de pesca artesanal de Castro están 'ahogados' por la crisis del sector