sábado. 27.07.2024

Posiblemente habría que mirar a través del retrovisor para trasladarnos al año 1984 en que comenzó la representación de la Pasión Viviente en Castro, cuando en el momento de la Crucifixión de Cristo el cielo se nubló el cielo y veinte minutos después de expirar, un trueno resonó imponente en la Atalaya. Pues bien, durante toda la mañana del Viernes Santo el cielo se mostró con nubes y claros, incluso hubo rayos de sol en intervalos cortos, pero cuando se escenifiaba la Crucifixión, el cielo se tornó amenazador, negras nubes presagiaban un fuerte vendaval, una lluvia finísima quiso hacerse notar, pero no pasó de ahí, la escena terminó, llegó el momento de la Resurrección y el cielo volvió a despejarse rompiendo los malos presagios; eso sí, casi 3.000 personas permanecieron estoicamente sin arredrarse lo más mínimo ante las amenazas climatológicas.

Pues bien, todo comenzó hacia las 10,15 horas, cuando el coordinador general de la Pasión Viviente, Txetxu Arozamena, en el interior de la iglesia de Santa María, arengaba a las más de 600 personas diciendo «una vez más estamos reunidos aquí, para representar las últimas horas de Cristo, y muy importante es que empecéis a asimilarlo; tras esas puertas no existe nadie; hemos trabajado durante un año para que esto suceda y casi todos estamos cargados de ensayos y con ganas de descargar. Ahí fuera hace un poquito de frío, pero si os metéis en vuestros papeles podéis estar seguros que no vais a sentir nada». La representación se inició con rigurosa puntualidad y con miles de personas en todo el recorrido.

ESCENAS DE GRAN DRAMATISMO.

Las escenas fueron sucediéndose, comenzando por la Última Cena, la Oración en el Huerto, el Juicio del Sanedrín , los juicios ante Pilatos y Herodes, La Flagelación con un crudo realismo, y comenzar el Vía Crucis hacia el Calvario.

JESÚS DE NAZARET «Antes estaba vacío y ahora lleno», dice Juan P. Acebal

La Pasión Viviente de Castro Urdiales finalizó a las 14,35 horas, tras una brillantísima representación que renovó con creces los éxitos anteriores, en la que un puñado de entusiastas castreños volvieron a ser protagonistas del sentir religioso de todo un pueblo que sabe estar a la altura de las circunstancias y dando, un año, más, una extraordinaria demostración de saber hacer bien las cosas, de llegar a lo más profundo de los espectadores y mantener una tradición a la altura máxima.

Al final, un más que satisfecho intérprete de Jesús, el castreño Juan Pedro Acebal, señalaba que «los golpes y las heridas se curan con el paso del tiempo, pero lo que va a permanecer, estoy seguro de ello, son las secuelas internas, ya que antes de la representación sentía un gran vacio en mi interior y ahora me encuentro lleno; hay que vivir este papel para darse cuenta realmente de lo que ello supone; sinceramente no puedo expresarlo con palabras».

LATIGAZOS.

Pilar Acebal (María), decía que «se trata de mi hermano, pero lo he vivido como si de mi propio hijo se tratara, los azotes de los verdugos, sobre todo, resonaban en mis oídos de una forma fuerte, extraña; sinceramente he sufrido muchísimo pero a pesar de todo es un papel increíblemente atractivo; una vez terminado todo piensas que ha merecido la pena protagonizarlo ».

Colas kilométricas en los accesos la ciudad y ocupación hotelera al 100%

Desde el pasado miércoles a primeras horas de la tarde, comenzaron a llegar gran número de vehículos a la ciudad, hasta tal punto que se formaron colas kilométricas, lo que ralentizó considerablemente el acceso al casco urbano. La Policía Local había establecido ya un sistema de aparcamientos y circulación por el caso urbano con motivo de la escenificación de la Pasión Viviente, incluido el aparcamiento en el Parque Amestoy, para lo que dio permiso la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Cantabria, al no haber comenzado, realmente, las obras de construcción del párking subterráneo, área que ya el jueves por la tarde se encontraba totalmente llena de vehículos, que según la Policía Local de Castro «todos los vehículos tendrán que dejar la zona libre el próximo lunes 24 de marzo a primera hora de la mañana, momento en el que finalizará el permiso concedido».

La llegada de personas fue masiva, las plazas hoteleras rayaron con el 100% de ocupación, los restaurantes tuvieron que establecer dos y tres turnos a la hora de la comida y el resto de los establecimientos hosteleros tuvieron lleno total desde media mañana en adelante. Cabe destacar que el éxito en lo referente a la carencia de incidencias de entidad, se debe, en gran parte, al dispositivo de seguridad dispuesto por Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil, DYA Cantabria y Cruz Roja.

La falta de incidencias marcó la jornada

Sin lugar a dudas se puede catalogar esta vigésimo cuarta edición de la Pasión Viviente, como la de menor incidencias, incluso se puede catalogar como la más normal, debido a que la Policía Local no tuvo que intervenir en ningún tipo de incidentes durante la representación. DYA Cantabria atendió dos casos de mareo sin importancia, Cruz Roja atendió 8 casos, la mayoría de ellos de hipotermia leve y únicamente se trasladó a una señora al Centro de salud Cotolino debido a una caída por la que tuvo que recibir tres puntos en los labios. En cuanto a las dos lanchas que Cruz Roja tenía en el mar, solamente intervinieron para retirar de las aguas de la dársena un palo de tres metros de longitud.

Extraído de: elalerta.com

Éxito de la Pasión Viviente de Castro