El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Castro Urdiales, Pablo Villasante Zaballa, afirmó ayer que «en estos momentos la situación pesquera en nuestro puerto, concretamente, tanto en lo que respecta a la anchoa, como los problemas que hemos tenido durante la campaña del verdel ya finalizada, debido a los cupos preestablecidos, a lo que hay que sumar los problemas que tenemos con el País Vasco, principalmente con Guipúzcoa, sobre las aguas interiores en las que no nos permiten faenar en estos momentos, no es nada halagüeña porque nos puede obligar a tomar medidas muy drásticas, principalmente el cierre de la Cofradía. Son problemas que estamos trabajando intensamente para intentar resolverlos por todos los medios posibles, pero de momento, insisto, estamos con las manos atadas».
En cuanto a la prohibición de faenar en esas aguas interiores, según los responsables, «ha sido debida al trabajo que está haciendo la flota olvidando que son aguas en las que históricamente han venido faenando nuestras embarcaciones artesanales. Este temor que tenemos lo hemos trasladado a la Consejería de Pesca del Gobierno de Cantabria, quien ha entendido el problema y nos apoya totalmente para intentar encontrar una solución satisfactoria para todos, no debemos olvidar que tenemos 21 barcos artesanales, de los cuales 21 faenan diariamente en aguas limítrofes con el País Vasco. De todas formas no se trata de problemas que han surgido ahora, vienen ya de varios meses atrás y de las gestiones que se están realizando no hemos tenido ninguna respuesta aún».
El objetivo principal que se perseguía con la construcción del nuevo edificio de la Cofradía, era el contar con las infraestructuras de calidad necesarias para atraer barcos de fuera a descargar sus pescas en el puerto castreño, una vez conseguido, Villasante señala que «hemos trabajado intensamente para atraer barcos, pero el paso del tiempo, hace ya de esto tres años, nos ha demostrado que no hemos conseguido resultados positivos debido, principalmente, a la falta de compradores fresqueros que adquieren la pesca más barata en otros puertos que en el nuestro, Colindres y Santoña, como ejemplos, en lo que respecta al verdel y al bonito, lo que provoca que los barcos prefieran descargar en ellos».
En lo referente a la asistencia técnica a las embarcaciones con base en este puerto «está cubierta perfectamente a través de tres grúas, dos nuevas con capacidad para 400 kilos cada una de ellas, además de una tercera, que ya existía de antes, con capacidad para 200 kilos.
Sobre el nuevo carro varadero que sustituirá a uno de los actuales en la rampa San Guillén, con capacidad para 400 toneladas (los actuales son para 200), que ya tenía que estar instalado, el proyecto ya está hecho hace tiempo y, según parece, el Gobierno regional lo instalará para el próximo verano».
Vivir de la venta del anterior edifi cio y el pescado artesanal
En cuanto a la situación económica de la Cofradía, «estamos funcionando gracias a los ingresos obtenidos con motivo de la venta del anterior edificio, es decir, con el dinero que ingresamos por las ventas del pescado de las embarcaciones artesanales más lo existente en las cuentas bancarias ».
Recordó Villasante, que «uno de los problemas importantes que teníamos era el dragado de los fondos del nuevo muelle de atraque, en los que las mareas había ido acumulando piedras y lodo, pues bien, hace un mes que el Gobierno de Cantabria, con una draga, extrajo 900 metros cúbicos de material para que el calado volviese a 2,5 metros».
Extraído de: elalerta.com