sábado. 20.04.2024

Cuarenta familias residentes en la urbanización 'El Cantábrico', situada en La Loma de Castro Urdiales, exigen desde hace meses una licencia de primera ocupación para regularizar sus casas. Sin este trámite burocrático, que es competencia del Ayuntamiento, no son vecinos del municipio cántabro con todas las de la ley. De hecho, no pueden empadronarse ni reclamar que se proceda a la limpieza de sus calles. Por no tener, ni siquiera disfrutan de su derecho a un servicio de Correos a domicilio.

Los afectados se han reunido en varias ocasiones con el alcalde y, al mismo tiempo, responsable de Urbanismo, Fernando Muguruza. También lo han hecho con el abogado de la promotora. Incluso se han juntado las tres partes a la vez. En todo momento ha habido buenas palabras, pero el resultado siempre ha sido el mismo. «Nada de nada», dicen los vecinos.

Ya no saben qué hacer. Recibieron la cédula de habitabilidad hace un par de años, cuando las primeras familias entraron a vivir. Pronto comprobaron que el suministro de agua dependía de un depósito conectado a un manantial a la espera de que se ejecutara la depuradora del monte Cueto. Los cuadros de la luz, también sin rematar.

Cuando acudieron a reclamar la licencia de primera ocupación por primera vez, el Ayuntamiento se escudó en esos defectos para no concedérsela. «Nos dijeron que el constructor tenía que hacer esos arreglos para poder solicitarla», explica Ane Miren Larrinaga, portavoz de los afectados.

En cuanto el promotor se encargó de ello, el Consistorio les prometió que les darían la licencia «en 15 días». Eso fue a mediados de 2006 y aún siguen esperando. «No lo entendemos. No sé qué pasa en el Ayuntamiento, pero nos podemos esperar cualquier cosa», se lamenta esta vecina de Muskiz, que entró a vivir a su chalé hace un año.

La falta de este documento se traduce en otras carencias. Para empezar, sin él no pueden empadronarse, aunque Ane Larrinaga puntualiza que algunos ya lo han conseguido con el beneplácito municipal. «He dado orden de que no se empadrone a nadie que no tenga licencia, pero si el departamento de Urbanismo lo está haciendo, eso ya no lo sé», se justifica el alcalde castreño.

Otro cantar es el servicio de Correos. «Pedimos al constructor que pusiera un punto de buzón, pero dijo que sólo lo haría si lo ordenaba el Consistorio, que a su vez nos aseguró que se lo encargaría. No nos han vuelto a comentar nada», relata Ane.

Sin servicio de limpieza

En este caso también han tenido que actuar los propios residentes y, ante la pasividad de los implicados, han alertado a la central de Correos en Madrid. «Estamos muy mal de carteros en la zona». Esta es la contestación que han recibido a sus reivindicaciones.

Por las calles tampoco se ve al barrendero. «Tenemos ratas e invasiones de caracoles de lo alta que está la maleza por aquí. Cada uno se apaña como puede», se quejan.

Los afectados viven en las dos primeras fases de la urbanización 'El Cantábrico', de 53 casas. Un juez paralizó en enero la tercera promoción -14 chalés- por invadir suelo rústico. Aún quedan doce sin vender. El enfado de los afectados es tal que han decidido alertar de la situación irregular que atraviesan los chalés a los posibles compradores.

Algunos vecinos han hecho pintadas con el lema 'no comprar' en las puertas «para que no engañen a nadie más», enfatiza Ane. La situación de esta mujer es sangrante, porque también es una de las propietarias de la urbanización 'Pueblo del Mar' en Argoños, condenada al derribo. «No tengo mucha suerte con las casas», ironiza.

Extraído de: elcorreodigital.com

Cuarenta familias exigen regularizar la situación de sus chalés en Castro