sábado. 27.07.2024

Ayer no se hablaba de otra cosa en Castro Urdiales. La información adelantada el miércoles por EL DIARIO MONTAÑÉS sobre la creación de la Agrupación Vasco de Castro Urdiales 'Castro bai' (Castro sí), «para que los vascos residentes en el municipio tengan un sitio donde hacer oír su voz», fue lo más comentado del día ya no sólo en la ciudad, sino en el resto de la región. Como prueba de ello el gran número de comentarios que generó la información en la página www.eldiariomontanes.es.

El miércoles este periódico se intentó poner en contacto con los responsables de la agrupación a través del correo electrónico que figura en su página web en la que se proporciona el colectivo. Ese correo fue contestado esa misma noche por uno de sus responsables. «Por el momento estamos organizando la mesa fundacional, seleccionando locales y tramitando subvenciones, así que poco hay que contar de momento. Presentaremos la propuesta de local la primera semana de octubre. Cuando tengamos algo que contar os pasaremos nota de prensa», concretaba 'Castro bai' en su correo.

El caso es que mucha gente se pregunta quiénes son las personas que conformaban esa nueva agrupación de la que, hasta el momento, se desconoce el número de integrantes y sus identidades. Y lo que es más importante también se desconoce si sus intenciones son únicamente culturales o van más allá.

Las reacciones a la información también llegaron desde el Ayuntamiento de Castro Urdiales. La opinión generalizada va encaminada a la cautela por el desconocimiento que, de momento, hay sobre esta nueva agrupación. Pero ante todo, lo primero que piden a los vascos residentes en Castro Urdiales es que se empadronen. En declaraciones a Punto Radio Castro, el alcalde Fernando Muguruza dijo que estaba a favor «de la integración y de la fusión de culturas, aunque esa integración tiene que ser real y con todas las consecuencias. La primera de ellas es que se produzca el empadronamiento». Y es que cerca de 20.000 residentes en Castro Urdiales, la mayoría de ellos provenientes del País Vasco, aún no están empadronados. «Esa situación está produciendo problemas gravísimos a nuestras arcas municipales porque se exigen servicios pero no se obtienen los ingresos necesarios, vía impuestos», aclaró.

Objetivos

Como ya publicó ayer este periódico, entre los objetivos de 'Castro bai' está el de crear un grupo de recogida de firmas para presentar propuestas -que no especifican- en el Ayuntamiento y otros organismos oficiales. Además, pretenden fundar una 'euskal etxea' (casa vasca) donde poder reunirse y promocionar la cultura vasca poniendo en marcha una serie de actividades.

Entre ellas, crear una ikastola para dar clases de euskera para todas las edades y niveles, habilitar un grupo de folclore para enseñar a tocar instrumentos y danzas típicas vascas, lograr poner en funcionamiento una sociedad gastronómica «donde enseñar nuestra cocina» y crear un grupo deportivo «donde promocionar entre nuestra gente la adicción a la pelota, al remo, al deporte rural...». Todo ello sin olvidarse de ofrecer el «apoyo a quienes quieran participar en cualquiera de estas actividades».

No obstante, a tenor de lo que se comenta en el foro creado en la página de 'Castro bai' parece que no descartan la posibilidad de presentarse, en un futuro, a las elecciones municipales como agrupación política, aunque «de momento», sólo se centran en «actividades culturales y propuestas en beneficio de todos, empezando por el tráfico y el medio ambiente».

No es casualidad

El conflicto entre el País Vasco y Cantabria por la adscripción territorial de Castro Urdiales es muy antiguo, al menos desde finales del siglo XIV cuando la villa fue incorporada al Señorío de Vizcaya hasta muy avanzada la siguiente centuria (1394-1471). Castro Urdiales volvió a ser vizcaína durante 18 años en el XVIII (1745-1763) y hasta en el siglo XX hubo otro intento fracasado (1924).

En la actual etapa democrática no han faltado episodios y situaciones dirigidas a la 'vasquización' de la villa cántabra : desde la implantación de grupos radicales castreños que pedían el voto para Herri Batasuna en las elecciones europeas, hasta los insistentes y luego no confirmados rumores de la presencia del PNV en las candidaturas municipales o la reivindicación formulada el año pasado por los independentistas de ANV que recibió el contundente rechazo de las instituciones cántabras.

La doctrina nacionalista y la creciente población vasca en Castro Urdiales propician los intentos anexionistas y, por desgracia, los favorecen el paulatino descrédito institucional que afecta al municipio castreño.

El desmadre urbanístico reinante desde hace ya muchos años, los indicios de corrupción en el Consistorio que ya colapsan los Juzgados, la conflictividad política y social, el transfuguismo y también el pertinaz olvido de la comarca por parte de las instituciones autonómicas constituyen un caldo de cultivo ideal para las estrategias anexionistas procedentes del otro lado del límite de Ontón. La cantabricidad de Castro Urdiales pasa por la regeneración política y democrática. En el municipio y también en Santander. Castro bai no es una casualidad.

Revilla, pendiente de estudiarlo

«No lo he valorado todavía. Tengo que estudiar el tema». Ése fue el pronunciamiento del presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, al ser preguntado, ayer, acerca de la aparición del colectivo 'Castro bai'. «En principio, todo el mundo se puede asocia», aseguró el presidente. «Ahora, quienes tienen que opinar de los temas de Castro son los que están empadronados en Castro. Si están empadronados en Castro, pues tienen los mismos derechos».

«Yo no creo que haya que hacer colectivos especiales dentro de un municipio. Todos son vecinos», añadió el presidente, quien reconoció que la situación política castreña, con un alcalde «declarado tránsfuga, que en política eso es lo más lamentable que puede haber», probablemente no ayude a la normalidad.

Respeto al asociacionismo

Respeto fue la nota común de las valoraciones efectuadas ayer por PP y PSOE.

El presidente del PP, Ignacio Diego, expresó el respeto de su partido a una nueva casa regional que representa la cultura y las costumbres de una región más de España como lo es el País Vasco, y como lo hacen otras casas regionales o como las que Cantabria tiene fuera de sus fronteras. «Mientras sea es, el fomento de su cultura en la comunidad autónoma, el PP lo respeta», señaló Diego. Por su parte, el secretario de Política Institucional del PSC, Javier Incera, consideró «un ejemplo más de normalidad y de asociacionismo» que un grupo de vecinos vascos, que residen en Castro, se constituyan como una asociación o colectivo. Apuntó que en Cantabria como en otras regiones hay asociaciones así.

Extraído de: eldiariomontanes.es

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