El desarrollo urbanístico de los barrios castreños de Cotolino y El Chorrillo entre 2004 y 2005 fue irregular. Así lo refleja el informe previo emitido por el Tribunal de Cuentas, que ha fiscalizado la gestión municipal de esos dos años, en los que gobernaba el tripartito formado por PRC, PP e IU. En sus conclusiones, el órgano estatal destapa la supuesta venta de viales y terrenos de dominio público a firmas privadas por parte del Ayuntamiento y presuntas valoraciones anómalas de parcelas donde más tarde se construirían centenares de pisos.
Por su parte, el equipo de gobierno rechaza estas acusaciones y asegura que la expansión de esas zonas se acometió en virtud de un convenio firmado en 1996, cuando Rufino Díaz Helguera era alcalde por el PSOE.
La auditoría revela que el Consistorio habría recibido casi 600.000 euros por ceder caminos y viales de dominio público en el área urbanizable de Cotolino. Además, siempre según el informe previo, el convenio urbanístico válido en la zona fijaba la obligación de «ceder al Ayuntamiento 213.500 metros cuadrados de suelo no urbanizable» a la constructora que lo desarrolló. El Tribunal señala que esa «misma empresa pagó 726.548 euros» al Consistorio «sin que se haya obtenido información que justifique esta compensación económica».
Sin embargo, el equipo de gobierno puntualiza que durante la legislatura pasada «no se realizó ninguna venta de viales ni de terrenos de dominio público, y tampoco se vendieron aprovechamientos urbanísticos que correspondieran al Ayuntamiento».
Cotolino y El Chorrillo
En esa misma línea, el órgano fiscalizador revela un desfase global en la valoración de varias parcelas ubicadas en Cotolino y El Chorrillo por el que el Ayuntamiento habría perdido «unos 3,4 millones de euros» en permutas urbanísticas. Y es que, al parecer, el Consistorio vendía terrenos por debajo de su valor real y compraba suelo con el precio inflado.
Por otro lado, el informe revela que el desarrollo urbanístico del área de Cotolino «incumplió el Artículo 83 del Real Decreto Legislativo (RDL) 1/1992 en relación a las dotaciones para parques y jardines, zonas deportivas y recreo y expansión». Es decir, que «no se produjo ninguna cesión» de parcelas para estos equipamientos.
El Tribunal de Cuentas también ha detectado que durante los años 2004 y 2005 «se producía frecuentemente la aprobación de gasto sin asegurar la debida consignación de crédito» y sin la correspondiente contabilización presupuestaria. Por último, el Consistorio habría mantenido «desde el ejercicio de 2000 un retraso continuado en la rendición de sus cuentas anuales».
El Ayuntamiento dispone ahora de dos meses para presentar las alegaciones que considere oportunas a este escrito preliminar. Más tarde, el organismo estatal emitirá un informe definitivo que trasladará al fiscal del propio tribunal, que será el encargado de decidir si corresponde abrir diligencias en caso de que halle indicios de delito.
Un Consistorio con muchas «debilidades»
El Tribunal de Cuentas dice en su informe que existen «importantes deficiencias en la organización administrativa» del Consistorio castreño y «debilidades» en su «control interno de todas las áreas analizadas». Por eso, a la hora de fiscalizar las gestiones municipales, señala que existieron «especiales dificultades» y «significativos retrasos en la obtención de la documentación», así como «relevantes carencias que han afectado a las actuaciones fiscalizadoras». El órgano estatal asegura, además, que el «deficiente sistema de archivo de expedientes» complicó y, en algunos casos, «imposibilitó» el acceso a la documentación.
Por otro lado, el tribunal apunta que el Ayuntamiento no puso a su disposición las relaciones de expedientes tramitados en las diferentes áreas de gestión. Así, le fue imposible conocer «el número de licencias solicitadas y concedidas en el periodo fiscalizado», ni «los expedientes de disciplina urbanística», ni los «contratos formalizados en 2004 y 2005».
Fuentes del equipo de gobierno aseguran que «en ningún momento se puso obstáculo alguno a la obtención de documentos».
Extraído de: elcorreodigital.com