La prohibición está vigente sólo en el segundo semestre de este año. En
2009 volverán los barcos aunque con una sensible reducción de días o
buques, adelantan desde el Gobierno vasco. No obstante, la medida para
faenar en aguas vascas no afecta a la flota castreña de poco porte. Son
19 embarcaciones que emplean las llamadas artes menores (redes,
palangre a flote y palangre de fondo) y que, amparados en la costumbre
y en los derechos históricos, pueden seguir trabajando en sus
habituales caladeros.
capturas. Hay un sanpedro, fanecas, perlones, cabrillas, cucos,
chicharro blanco (se cotiza a 2,30 euros porque es mejor que el
chicharro maricón, a 18 céntimos), verdeles, sargas, sardinas,
pescadillas, alguna raya, salmonetes (12 euros)... Pero lo que buscan,
explica Pablo Villasante, son «los peces de colores», como llaman en
Castro a doradas (hasta 18 euros el kilo), mojarras y demás pescado con
buen precio en el mercado.
vida. Vascos y castreños. Pero a cuenta de este embolado no nos
hablamos unos con otros desde mayo, desde que quitaron las licencias.
Ellos ya ni venían a vender pescado a Castro», explica Santiago
Alegría, del 'Flavi'. «Pero la noche del jueves hubo un entente entre
aparatos, por radio. Ahora ellos, gente de Zierbena, Santurtzi,
Algorta, Plentzia y Armintza, nos apoyan. Esto lo vamos a hablar y a
solucionar los pescadores».
Son los vascos los que, a menudo, van a vender sus capturas a la lonja
de Castro. Allí les hacen también sus redes para salmonetes. «Cada uno
tiene su casa, pero, más o menos, somos el mismo puerto», dice Alegría.
Al final, se habla de jornales. «Si nos quitan estas licencias,
desaparece la lonja de Castro Urdiales», explica Pablo Villasante.
Extraído de: elcorreodigital.com