Con un aire playero, vistas espectaculares y sobre todo, con los mejores bocados del mar, aquí va una selección de algunos de los lugares recomendados para el aperitivo este verano.
El momento del aperitivo antes de la comida o al atardecer cuando volvemos de la playa es uno de los más deseados cuando estamos de vacaciones. En las localidades de la costa cántabra más visitadas en verano por los vascos -Noja, Laredo o Castro- encontramos cientos de bares y restaurantes que ofrecen diferentes alternativas para esta practica habitual durante estos meses. Con un aire playero, con vistas espectaculares y sobre todo, con los mejores bocados traídos del mar, aquí va una selección de algunos de los lugares recomendados para este verano.
CASTRO
Punta de Cotolino. Cervezas y martinis con vistas
Es el chiringuito de moda en Castro. Su privilegiado emplazamiento, al fondo del Parque de Cotolino, ofrece las mejores vistas de la bahía. Desde las nueve de la mañana los fines de semana, y una hora más tarde el resto de días, Cecilia, una argentina de Buenos Aires, da los buenos días a los clientes más madrugadores con ‘tostadicas’ con tomatitos, mantequilla y mermelada. Todo servido con ese seductor acento porteño. A medida que el sol va cogiendo fuerza, los cafés van dejando paso a los martinis y cervezas, siempre acompañados de sabrosas olivas (cortesía de la casa). Los amantes del pic-nic tienen la oportunidad de pasar todo el día fuera de casa a base de perritos calientes, hamburguesas, helados...
Como dice Cecilia, 'acá los esperamos'. Los más afortunados tienen la posibilidad de tumbarse en la 'reposera' (hamaca) de este chiringuito en el que el mar está tan cerca que casi se puede tocar con la mano y que baja la persiana cuando el parque queda completamente solitario. Hasta el día siguiente, que vuelve Cecilia.
Bar Marisquería Alfredo. Rabas, caracolillos y marisco en el Puerto
El aperitivo en Castro tiene un nombre: Bar Marisquería Alfredo. Su terraza, situada en el corazón del puerto, junto a la plaza del Ayuntamiento, no tiene precio en los días veraniegos. Como su especialidad: pescados y mariscos vivos del Cantábrico. Situarse frente a su barra y empezar a salivar suele ser una reacción de lo más frecuente con sus fuentes de rabas, mejillones, caracolillos, gambas, bogavantes, salpicón... Y un pulpo espectacular.
El restaurante de la calle Santa María es un clásico con la fórmula del 3x1: se puede comer a base de pinchos, raciones o a la carta. Y con precios razonables, una fórmula de lo más recomendable en estos tiempos. El local ofrece lo que pocos: pescados presentados directamente en las mismas cajas provenientes de los pesqueros. Los mediodías veraniegos aconsejan probar de todo un poco. Son momentos de navajas, sardinas asadas, anchoas para tomar en su punto... Y acompañados de un buen surtido de vinos blancos bien fríos. Es lo que se impone en el Alfredo, un clásico de la gastronomía de Cantabria. Calle Santa Maria, 2
Lounge Beach Castro Urdiales. Aires ibicencos con tragos de diseño
Es a lo que aspira todo destino vacacional que se precie. Tener su punto cool. En Castro se llama Lounge Beach. Está pegado a la playa de Brazomar, la de toda la vida. En primerísima línea. Lo importante en esta clase de locales son sus terrazas, su estilo, su música, sus combinados y su capacidad para acoplarse a todos los momentos del día. La fórmula, implantada el verano pasado, repite éxito.
Se mantiene abierto todo el año, en un gesto de reforzar la fidelidad de la clientela. Y da fe que lo ha conseguido. Su decoración, con el blanco ibicenco predominante, traslada, por las tardes, una plácida sensación de relax, a medio camino entre el chill out y ese momento para degustar con calma tragos de calidad. Los marianitos se imponen por las mañanas. Pero hay grandes pelotazos. Reina el indiscutible gin tónic, pero entre tanto bombazo veraniego por la noche piden paso los mojitos, las caipirinhas, las copas de champán y delicatessen con los que abrir boca y calmar el apetito. Y todo con gente guapa dispuesta a seguir montándoselo de la misma manera con música en vivo, sesiones de Dj's y los decibelios bien controlados. Avenida la Playa, 8
LAREDO
Restaurante Guti. Champis con ingrediente secreto
Desde que Laredo es pueblo existe el Guti. Situado en el centro del municipio, en la Puebla Vieja, y con muy buen ambiente a la hora del aperitivo, este bar se caracteriza por su tapa de champiñón a la plancha. Nadie conoce el ingrediente secreto que lleva su salsa, pero su dueño, Andrés, puede llegar a hacer cientos de ellos en un fin de semana.
Está abierto todo el año y en invierno, los fines de semana, no tiene nada que envidiar a la época estival. Además, tiene otras raciones, carta y marisco fresco. Se puede decir, que dentro del precio medio en el municipio, es uno de los lugares más baratos. Ir a Laredo y no comerse un ‘champi’ es un verdadero sacrilegio para el paladar. Calle de Ruamayor, 7
El Pescador. De los de toda la vida
Es uno de los clásicos. Con muchos años a sus espaldas y capitaneado por una familia entera, se caracteriza por su pescados y mariscos frescos. Con vistas de primera a la preciosa playa Salvé, en pleno paseo marítimo, puedes disfrutar de unas rabas al ‘orly’, es decir, a la gabardina, mientras saboreas un buen crianza.
Con un prestigio consolidado, además del aperitivo, tiene una de las mejores cartas del municipio. Sentarse en su terraza a tomar el vermut es un privilegio. Rodeado de ambiente playero y puestos ‘hippies’, se puede acudir a cualquier hora del día. Con un ambiente muy familiar y una enorme terraza donde en su vivero puedes elegir el marisco que te apetezca comer. Merece la pena acercarse. Avenida de la Victoria, 2
La Marina Company. Pinchos con aire juvenil
Es la modernidad unida a lo tradicional. Este bar se encuentra en el mismo centro de la localidad costera. Junto a la Casa de Cultura y muy cerca del superpuerto, el local, donde antiguamente se encontraba uno de los restaurantes más prestigiosos de Laredo, 'El Marinero', aunque reformado, no ha perdido la esencia de lo que un día fue.
Con un aire renovado y un ambiente muy joven, ofrece una de las mejores barras de pintxoos de todo el municipio. Al igual que su ambiente, sus tapas son muy modernas. Desde 'matrimonio de bocarte y boquerón' hasta 'solomillo con foie en reducción de Pedro Ximénez'. Utiliza los ingredientes de toda la vida, se aprovecha de la materia prima de la ‘tierruca’ y elabora unos pintxos dignos de concurso. También se puede comer de tapeo o de carta, con unos precios más que razonables. Calle Zamanillo s/n
NOJA
La Cabaña. Un chill out con vistas al mar
Es uno de esos lugares que todo turista busca. Con un ambiente muy ‘hippie’, junto a la playa del Ris, puedes disfrutar tanto del aperitivo, como de cenas, desayunos o copas por la noche. Su enclave es privilegiado, al igual que el lugar en sí. Una terraza llena de sofás y mesas al más puro estilo ‘chill out’ junto con un ambiente juvenil y moderno.
Camas balinesas con vistas al mar, conciertos en vivo… En La Cabaña cabe destacar sus pintxos y tortillas para la hora del aperitivo, sus atardeceres por la tarde desde la terraza, así como sus parrilladas de marisco o sus pizzas por la noche, seguido de fiestas temáticas y muy buenos combinados. Es el típico chiringuito de playa, renovado, chic, con clase y con todos los servicios que un bar-restaurante puede llegar a tener. Paseo Maritimo, 5
El Barco. Aperitivo con aires piratas
Este lugar es uno de los incondicionales de Noja. Con unas increíbles vistas a la playa de Trengandin, goza de un ambiente único, y al igual que La Cabaña, tiene todos los servicios que un bar de pueblo turístico puede tener. Desayunos, aperitivos, comidas y discoteca caracterizan a este local, decorado al más puro estilo ‘Piratas del Caribe’.
Desde 1968 se encuentra en el municipio, en constante renovación, puesto que su última reforma le ha dotado de una terraza ‘loungue’, en la que se puede disfrutar de combinados con los mejores licores hasta las 8 de la tarde. Aunque es más conocido por su ambiente nocturno, se puede disfrutar del aperitivo en un ambiente juvenil y playero. Paseo de Trengandin, 8
Hotel Arillo. Gusto por lo tradicional
Se definen a sí mismos como expertos en cocina vasco-montañesa. La verdad es que es uno de esos típicos lugares cántabros. En su carta destacan los mariscos y pescados salvajes, así como carnes o arroces, pero lo más delicioso son las rabas, de los mejorcito de la zona, al igual que sus vistas, directas a la playa de Trengandin. Tiene un ambiente más tradicional que los bares mencionados anteriormente. Su decoración, típica marinera, pone de manifiesto el prestigio de este lugar, con comida típica pero renovada. Paseo Trengandin, 6