«Tengo dos hijas y ayer no las pude duchar porque el agua era como chocolate. La noche del domingo entraba agua por el baño, ya que las aguas pluviales se filtran en las del saneamiento». Este es el testimonio de Carlos Llorente, un vecino de Ontón que como muchos otros está sufriendo las consecuencias de la mala calidad del agua que llega a sus hogares.
Si este periódico ya publicaba en el mes de febrero que los vecinos de esta pedanía estaban molestos por la falta de respuestas a este problema, cuatro meses después la situación sigue siendo la misma. «La gente no está conforme con pagar el agua porque no tenemos un servicio en condiciones, y no tenemos saneamientos», señalaba ayer el pedáneo de Ontón, Javier Gil, después de hacerse eco del anuncio de la empresa Ascán (adjudicataria del servicio del agua) en la que insta a los vecinos a darse de alta y abonar el agua desde enero.
«Hace dos meses, el Gobierno regional nos remitió una carta en la que aseguraban que nos iban a dar un solución a la turbiedad del agua hasta que tuviéramos la depuradora, pero no hemos vuelto a saber nada», afirmaba ayer Javier Gil. Y es que Ontón, los vecinos no están conformes en pagar un agua que «no es potable» y por unos servicios que «no dan». «Cobran impuestos como en Castro y los servicios no son los mismos. La basura la recogen dos veces a la semana y barren cuando se acuerdan. En realidad, parece que sí somos el último pueblo de Cantabria», apunta Carlos Llorente indignado.
Por su parte, desde el Ayuntamiento, el concejal de Industria, Agustín Fernández (PP), ya dejó claro hace unos meses que aunque todas las analíticas de esta pedanía dicen que «el agua es potable», «sí que es cierto es que tiene un grado de turbiedad elevadísimo, sobre todo cuando llueve. Sinceramente, no hay quien beba esa agua», proclamó.
De una u otra forma, el caso es que los vecinos de esta pedanía siguen sin tener respuestas.
Extraído de: eldiariomontanes.es
