lunes. 14.10.2024

El 7 de septiembre arrancará el nuevo curso escolar 2021-2022 y lo hará de un modo “bastante similar” al pasado, aunque con una ligera flexibilización de las medidas, que permitirá, por ejemplo, la celebración de actividades complementarias y extraescolares y las salidas fuera de centro. Así, la Consejería de Educación y Formación Profesional mantendrá como obligatorio el uso de la mascarilla también en los espacios exteriores de los centros educativos, los grupos de convivencia estable para todos los cursos de Educación Infantil y Primaria y la entradas y salidas escalonadas, pero permitirá la realización de actividades al aire libre como recreos compartidos por parte del alumnado cuando Cantabria llegue al escenario de nueva normalidad y el uso de materiales compartidos.

Estas son algunas de las principales medidas que regirán en el curso escolar 2021-2022, que ha desgranado hoy la consejera de Educación y Formación Profesional, Marina Lombó, en el transcurso de una rueda de prensa en la que ha informado sobre el Protocolo General de Organización para este curso, que se publicará mañana en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC).

El texto ya ha sido remitido a todos los centros educativos, así como al Consejo Escolar, las permanentes de directores, la Junta de Personal y el Comité de Empresa, la Mesa de las Familias y la Mesa de la Educación Concertada

Lombó, que ha estado acompañada por la directora general de Innovación e Inspección Educativa, Mercedes García; el director general de Centros Educativos, Jesús Oria, y el de Personal Docente y Ordenación Académica, Francisco Javier Gutiérrez, ha destacado que el objetivo de su departamento es “garantizar la presencialidad de todo el alumnado cántabro en condiciones de seguridad”, por lo que se mantendrán la mayoría de las medidas puestas en marcha el curso pasado, que se irán relajando si la situación sanitaria lo permite.

Según ha manifestado, el documento se ha realizado en base a la ‘Propuesta de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente al COVID para centros educativos para el curso 2021-2022’, elaborado conjuntamente por los Ministerios de Sanidad y Educación, y elevado posteriormente a Declaración de Actuaciones Conjuntas, de obligado cumplimiento, por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

El protocolo fue sometido a una ronda de consultas con toda la comunidad educativa, y una vez obtenido el informe favorable de la Dirección General de Salud Pública, se publicará mañana en el Boletín Oficial de Cantabria.

La consejera ha apelado, de nuevo, a la “colaboración de toda la comunidad educativa” y al compromiso “expreso” de que ni docentes ni alumnado asista a los centros con síntomas compatibles con el coronavirus, para ello se vuelve a solicitar la firma de una declaración responsable.

La experiencia del pasado curso, unida a la vacunación de todo el personal docente y el arranque del alumnado mayor de 12 años, “nos permite afrontar este nuevo con una mayor tranquilidad y confianza”, ha resaltado Lombó, quien ha recordado que la ola actual, con especial incidencia entre los jóvenes, obliga a seguir manteniendo medidas “estrictas”, pero que “resultan necesarias para poder afrontar el curso en condiciones de seguridad para toda la comunidad educativa”.

 

Organización

Según ha explicado, el curso arrancará de un modo similar al pasado. Los centros educativos deberán actualizar sus planes de contingencia en base a las medidas de este nuevo curso y remitir ese documento a su inspector de referencia. Además, toda la comunidad educativa de cada centro-ha recordado la titular de Educación-deberá conocer, al menos, las medidas que le afectan directamente con anterioridad al inicio de las actividades lectivas con el alumnado.

El protocolo mantiene gran parte de las medidas implantadas el pasado curso como la toma de temperatura, ventilación cruzada, entradas y salidas escalonadas, turnos de comedor, refuerzo de la limpieza, y la presencia del coordinador COVID para el funcionamiento del ‘corredor educativo’ que las Consejerías de Sanidad y Educación se han comprometido a mantener hasta el final de la crisis sanitaria, entre otras. De nuevo se gestionarán la incidencia del COVID a través de la aplicación puesta en marcha el pasado curso, GESCARE, en el que se lleva a cabo el seguimiento de toda la comunidad educativa de Cantabria.

La mascarilla será otra vez obligatoria para el alumnado a partir de primero de Primaria, y recomendable para alumnos de 3 a 5 años, un elemento de protección que será también obligatorio en los patios. “Lo hemos decidido así, porque resultaría excepcionalmente difícil para los docentes y el personal de los centros tener que garantizar en todo momento el mantenimiento de esa distancia”, ha explicado la consejera, al tiempo que ha asegurado que esta medida, como el resto, serán revisadas periódicamente por las autoridades sanitarias.

Sólo podrá prescindirse de su uso en los momentos de ingesta de alimentos y bebidas, en la práctica de Educación Física en exteriores si se puede mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros, y durante las actividades organizadas cumpliendo las dos premisas: exteriores y distancia.

Con respecto al interior del aula se mantiene la organización del curso pasado con grupos estables de convivencia en Infantil y toda Primaria, constituidos por el alumnado y el tutor y el técnico de Infantil en esta etapa.

 

Refuerzo del personal docente

Lombó ha puesto de relieve como un elemento “importantísimo” el refuerzo de personal docente al objeto de reducir las ratios, una medida que supondrá un gran esfuerzo presupuestario y que se prevé mantener “mientras sea necesario y, al menos, durante el primer trimestre completo”.

“Esto nos permitirá mantener una organización estable mientras dure la pandemia, es decir, que los centros tengan docentes suficientes para establecer los grupos desde el inicio de curso no vinculados al escenario de riego en cada momento. Un esfuerzo que tuvimos claro el curso pasado y tenemos también claro éste, y que merece la pena tanto desde el punto de vista sanitario como pedagógico”, ha señalado.

Para Lombó, el protocolo de este año cuenta con una organización prácticamente idéntica al curso pasado, que permitió, junto a la responsabilidad de toda la comunidad educativa, el funcionamiento del corredor educativo y , especialmente, por el compromiso de los docentes y personal no docente de los centros que “tuviéramos un curso mucho mejor de los que todos preveíamos en un inicio”, ha resaltado la titular de Educación.

Con respecto a la posibilidad de interactuar en exteriores, Lombó ha señalado que se podrá acometer cuando “mejoren los indicadores y Cantabria se encuentre en situación de nueva normalidad”. Así ha asegurado que, en centros con tres o más líneas por curso, podrá interactuar todo el alumnado de un mismo curso; en centros con hasta dos líneas por curso, dos incluidas, se permite entre alumnos de dos niveles distintos, siempre del mismo ciclo; en los de una se permite interacción de toda la etapa; mientras que en los Centros Rurales Agrupados es posible entre todo el alumnado.

 

Compartir material

Asimismo, ha subrayado que desaparece una de las normas que resultó más difícil especialmente para los más pequeños, en alusión a la prohibición de compartir material. Así, los centros recuperan el juego y las actividades con material compartido, un aspecto que será posible para el alumnado que comparte espacio en los recreos, es decir, los integrantes del grupo burbuja y de varias aulas en nueva normalidad.

Además, para favorecer la “formación integral del alumno” y la conciliación” se flexibiliza la celebración de actividades complementarias y extraescolares, una medida que obligará a que el coordinador COVID disponga de toda la información detallada y actualizada, por lo que es registro de participantes será obligatoria. La labor de actualización y elaboración de ese registro será competencia de la asociación o entidad que organice las actividades complementarias.

Por otra parte, ha señalado, que se recuperan las salidas fuera del centro, que el pasado curso sólo podían realizarse a pie, exceptuando aquellas que impliquen pernocta. Esta norma se revisará periódicamente.

Del mismo modo, este próximo curso se permitirá en los escenarios de riesgo bajo - nueva normalidad y niveles 1 y 2- las reuniones presenciales en los centros. Aunque la recomendación es que sean telemáticas, la consejera ha reconocido la importancia de “favorecer” también la celebración de reuniones presenciales con familias o de los órganos colegiados. En esta misma línea se abre la posibilidad de que acceda al centro educativo el personal que estime conveniente el equipo directivo para el desarrollo de iniciativas relacionadas con actividades complementarias, acción tutorial o el Proyecto Educativo del centro. En estos casos, además de respetar todas las medidas establecidas, el centro deberá guardar un registro diario de quiénes entran al recinto escolar y están en contacto con el alumnado.

La consejera ha adelantado que el próximo 25 de agosto se celebrará una Conferencia Sectorial de Educación en Madrid. Aunque no prevé grandes modificaciones, ha asegurado que, de haber alguna modificación consensuada entre todas las comunidades autónomas, se tendrían en consideración.

Según ha asegurado, el Ejecutivo cántabro ha preferido comenzar con medidas estrictas, para a partir de ahí ir relajándolas a medida que avance la vacunación del alumnado y mejore la situación sanitaria, y siempre con el aval de las autoridades sanitarias.

Lombó ha concluido reconociendo el “esfuerzo” que todos los centros hicieron el año pasado, un esfuerzo que tendrán que realizar de nuevo este curso y ha valorado el “extraordinario comportamiento” del alumnado que ha confiado se repetirá este año con el fin de que la educación presencial sea, de nuevo, la tónica general.

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