sábado. 20.04.2024

He estado leyendo...

Cada vez que pronuncio esa frase es que estoy aprendiendo demasiado sobre algo. La última vez me chupé la "Enciclopedia del lenguaje no verbal" en quince días. Estuve dos meses observando a la gente como si estuviera en un zoo. Ahora me ha dado por otra cosa, pero esta vez se trata de una buena causa.

Estaremos de acuerdo en que dedicar ocho horas a dormir cada noche es todo un derroche de tiempo. Yo soy de los que ve un espacio y no dice "Esto está vacío", sino "Aquí se podría poner algo". El problema es que por las noches tengo que dejar de poner cosas. Daría dinero por dormir la mitad.
Pues bien, he estado leyendo.

Primero llegué al método Uberman. Bajo este sugestivo nombre se encuentra lo que se denomina "sueño polifásico", o menos rimbombante, pasar el día a base de siestas. Por lo visto lo practican los que se vuelven locos y se tiran cinco mil millas de regata solos en un barco, y en general gente que tiene que estar siempre a punto para entrar en acción en cualquier momento de la noche, como los chulos.

Consiste en no dormir tal y como se concibe normalmente, sino en atravesar la jornada a base de siestas. El número más repetido parece el de seis siestas de media hora durante el día. El truco es que cuando te clapas estás tan fundido que te ahorras todas las fases del ciclo del sueño y te vas directo a la de REM sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar 20.000 dólares. Después de la fase esa por lo visto te quedas como la seda.

¿Contras? Parece que tiene alguna. Por lo visto algunas fases del sueño tienen un papel interesante en la recuperación diaria, y los expertos comentan que siempre vienen bien. Las consecuencias de semejante ritmo no se conocen a largo plazo y en general nadie recomienda dormir tres horas diarias a base de siestas durante toda la vida.

Otro inconveniente es que la mitad de las siestas nos caerían en la oficina, con suerte, o conduciendo un camión, lo que puede traer consecuencias de diversa índole.

El siguiente escalón en la privación del sueño nos lo ofrece el sueño bifásico. Más de uno lo ejercitará sin saberlo. Consiste en dividir las horas de sueño del día en dos bloques: lo que se conoce como "sueño núcleo" y una siestecilla de apoyo.

Según he leído se puede llegar a dormir tranquilamente 4.5 horas diarias por este método. La idea es echarse tres horas durante la noche y luego hacerse un resopón de hora y media al salir del trabajo.

Si uno lo piensa no parece tan descabellado. Coge un perro. Ahora suéltalo porque te va a morder. Los perros atraviesan la jornada a base de pequeñas siestas. En cuanto te descuidas lo tienes frito entre los pies durante el telediario, pero lo cierto es que, dormir, lo que se dice dormir, dirías que el cabrito no duerme. Sueño polifásico.

Los bebés le dan al sueño polifásico durante toda la infancia, y si no que se lo pregunten a los padres. Un niño no duerme ocho horas seguidas hasta que no llega a esa edad en la que le dicen que se vaya a la cama que al día siguiente tiene colegio.

Si encierras a alguien en una habitación en ausencia de cualquier referencia temporal, al cabo de unas semanas no dormirá ocho horas seguidas, sino que se dará cortas cabezadas a lo largo del día. Parece lógico que el hombre de las cavernas no durmiera la noche del tirón, teniendo que estar pendiente de si el tigre dientes de sable se le llevaba a la parienta o no. Probablemente lo que hacía era fragmentar el sueño durante la jornada, y del hombre de las cavernas hasta ahora apenas han pasado dos telediarios, genéticamente hablando.

Así pues, ya estamos convencidos de que el sueño polifásico es bueno. Por lo menos el bifásico con cantidades razonables de sueño.

Cuando se habla de sueño bifásico se hace especial hincapié en respetar el ciclo de sueño. Si alguna vez te has echado una siesta y te has levantado como si te hubiera arrollado un tren cargado de vigas de hormigón, eso es porque no habías respetado el ciclo de sueño.

Por lo que he podido leer, el ciclo de sueño se compone de cinco fases, siendo la REM la última, y viene a durar entre 90 y 110 minutos. Si te despiertas antes de que termine estás jodido. En general se acepta que un ciclo completo dura unos 90 minutos desde que empiezas a babear, pero conviene saber la duración exacta del tuyo propio. ¿Cómo se hace?

Pones dos despertadores. Uno será matador, y su función será hacer que no llegues tarde al trabajo. El segundo será una radio a un volumen moderado, que sólo nos despertará si nos encontramos en la fase de simple aturdimiento que sigue a un REM atronador. Se supone que cuando nos despertemos con la radio es que hemos terminado el ciclo. Sabiendo la hora aproximada a la que nos quedamos fritos y, sabiendo que un ciclo sucede a otro, podemos estimar la duración de nuestro ciclo. A partir de ahí nos montamos el show.

¿Que por qué me interesa esto? Dos razones:

1) Tengo muchas cosas que hacer
2) La mayor parte de las veces, me acuesto y doy vueltas en la cama durante una hora antes de caer rendido. Eso quiere decir que no tengo suficiente sueño. Creo que va siendo hora de forzar un poco la máquina.
3) Llevo toda mi vida durmiendo ocho horas y siempre me levanto como un calcetín sudado. No creo que un poco de polifase me vaya a dejar peor.

De momento estoy intentando averiguar la longitud de mi ciclo. La aproximación polifásica me parece demasiado agresiva, así que voy a optar por la bifásica.

La idea es dormir unas tres horas por la noche, y hora y media al llegar a casa por la tarde después del trabajo, haciendo un total de 4.5 horas por día. He leído que los primeros días se pasa bastante mal y que uno circula por ahí como un zombi, así que lo relataré todo porque puede ser muy divertido. Si alguien más se anima nos las podemos sujetar mientras meamos.

Todavía no sé cuándo empezar ni cómo hacer el periodo de adaptación. En algunos sitios la adaptación la hacen a bocajarro, simplemente dejando de dormir el día señalado. Otros hacen una retirada gradual del sueño, esa droga.

Una buena idea sería empezar el fin de semana, de manera que el lunes mi cuerpo ya se haya habituado un poco al ritmo y no me mee los pantalones en la oficina a media mañana. Ya veremos cómo lo organizo. De momento, durante esta semana, voy a hacer cuatro ciclos completos, unas seis horas. Me acostaré a la una de la noche para levantarme a las siete con algo de música ligera.

Esta vez creo que la voy a liar buena.

PS: Mamá, no te creas nada.

Extraído de : elsentidodelavida.com

Recortando Horas de Sueño (I)