Al llegar, observaron que la conductora presentaba síntomas evidentes de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas. También vieron que en el interior del vehículo viajaba un menor, por lo que se localizó al padre, que se hizo cargo del mismo.
Una vez establecidas las medidas de seguridad necesarias, que obligaron a cerrar los accesos a la calle Ataúlfo Argenta, se procedió a la realización de las pruebas de alcoholemia, que arrojaron una tasa que cuadruplicaba los límites permitidos, por lo que la conductora fue detenida por un presunto delito contra la seguridad del tráfico.