martes. 23.04.2024

La Policía Nacional, apoyada por efectivos de la Guardia Civil y las

policías autonómicas vasca y catalana, asestó ayer un duro golpe al

crimen organizado con el desmantelamiento de la mayor y más activa red

de criminales de origen albanokosovar de Europa. 39 personas fueron

detenidas en cuatro comunidades por su presunta relación con más de

cien robos a chalés, bancos y polígonos industriales. Los expertos

investigan la relación de esta banda con el asalto, en diciembre

pasado, al chalé de la familia de joyeros catalanes Tous.
El operativo es fruto de una investigación abierta en abril de 2006 por

los expertos de la unidad del Cuerpo Nacional de Policía especializada

en combatir la delincuencia organizada y los grupos criminales

violentos. De los 38 detenidos, 21 fueron capturados en Madrid, 7 en

Valencia, 7 en Cantabria y 4 en Barcelona. Los arrestados en Cantabria

-las detenciones se practicaron en Castro Urdiales- se dedicaban, según

fuentes de la investigación, a dar 'golpes' en el País Vasco.

En

el transcurso de la operación, los investigadores realizaron 21

registros en las comunidades citadas e intervinieron joyas y otros

efectos robados, armas, documentación falsa, herramientas y

pasamontañas utilizados en los robos. La Ertzaintza y los Mossos

d'Esquadra han colaborado con la investigación mediante la aportación

de datos sobre asaltos perpetrados en el País Vasco y Cataluña, y que

podrían ser obra de este grupo. Los detenidos en Cataluña son, según

las fuentes consultadas, personas «importantes» dentro de la banda y

entre ellos estaría el encargado de «marcar objetivos».

La

Policía Científica coteja ahora las huellas de los detenidos con las

halladas en los lugares de los robos, para aclarar su autoría. Según

las fuentes consultadas, ya se ha comprobado que las marcas dactilares

de algunos detenidos coinciden con las recabadas en algunos polígonos

industriales robados.

Arresto del jefe

Los

registros efectuados hasta la fecha habrían permitido esclarecer medio

centenar de robos, aunque la investigación continúa abierta y se cree

que la cifra final será más alta. Entre los detenidos se encuentra el

jefe de la red, cuya identidad no ha sido facilitada todavía. Al cierre

de esta edición se desconocía si entre los detenidos estaban los dos

asaltantes fugados del chalé de los Tous el pasado mes de diciembre.

La

operación de ayer estaba coordinada por los juzgados de Granollers,

Getafe, Valencia y Castro Urdiales, localidad esta última donde se

practicaron siete arrestos y tres registros en la calle Poeta José

Hierro y en el edificio La Sirena. Los detenidos en la localidad

cántabra actuaban en Vizcaya y entre ellos podría haber algún ciudadano

rumano, ya que se han encontrados documentos administrativos de esa

nacionalidad.

Fuentes de la investigación han destacado el papel

de la Ertzaintza, que, precisamente, la semana pasada anunciaba cómo el

año pasado se habían detectado siete grupos de albanokosovares a los

que se imputaban 625 robos sólo en empresas del País Vasco. El actual

Jefe de División de Inspección General de la Policía autónoma, Gervasio

Gabilondo, señalaba que estas células suelen estar integradas por entre

cuatro y ocho miembros, algunos de ellos con formación militar y en

posesión de armas pesadas y alta tecnología. Inutilizan las alarmas e

incomunican los edificios para garantizar su huida y alquilan coches y

furgonetas de alta gama.

Son «itinerantes», lo que dificulta

su vigilancia, y sólo en diciembre habrían cometido una veintena de

asaltos en Álava y Guipúzcoa. El año pasado, de los 110 extranjeros

detenidos en Euskadi por su vinculación a la delincuencia organizada,

46 eran albanokosovares.

«Tenían una pinta extraña»

Golpes contundentes, gritos y gente corriendo. Los vecinos de la

urbanización La Sirena y la calle Poeta José Hierro de Castro sufrieron

ayer de forma simultánea el mismo sobresalto al despertar. «Todavía me

tiemblan las piernas», admite Margarita Prada, vecina del número 10 de

la calle Poeta José Hierro, conmocionada por «los terribles ruidos» que

había escuchado a primera hora de la mañana. «He pensado que era un

incendio y me he asustado. ¿Pensaba que había ocurrido alguna

desgracia!», relataba. Los habitantes del 3º H, el piso en el que poco

antes habían irrumpido agentes especiales de la Policía Nacional y la

Guardia Civil con un 'carnero' para echar abajo la puerta blindada, no

le sonaban. «Va y viene mucha gente. Muchos sólo residen aquí los fines

de semana», contaba.

Ambos bloques se componen de cuatro pisos y

una planta de áticos. Muchos de los vecinos tienen niños, y a la hora a

la que comenzó la redada -ocho y media de la mañana-, la mayoría se

preparaba para ir al colegio. «Hemos escuchado un ruido muy raro, un

forcejeo y a varias personas corriendo». A Joaquina Vélez, residente en

el segundo piso, aún le esperaba un susto mayor en la calle. «Cuando

iba hacia la parada del autobús con mi hija nos hemos encontrado el

edificio rodeado de GEOS», explicaba.

Ella sí había visto

antes a los detenidos. De hecho, vive justo debajo del piso que ayer

fue registrado. «Eran extranjeros y tenían una pinta extraña. Solían

poner música árabe, siempre muy alta», recuerda. Joaquina conoce a la

dueña de la vivienda que los presuntos miembros de la banda habían

arrendado hace «mes y poco». «¿Vaya disgusto se habrá llevado! Parece

mentira. ¿Me pongo mala sólo de pensarlo!», se lamentaba.

12.15

horas. Tres patrullas más de la Policía Nacional entran en escena.

Varios vecinos del bloque se asoman a la ventana. La expectación es

máxima. Poco después de que miembros de la Guardia Civil sacaran varias

bolsas, cajas y documentos, los cuatro detenidos -tres hombres y una

mujer- salían uno a uno esposados del número 10 hacia el furgón

acompañados de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía.

No

muy lejos de allí, en el bloque 6 de la urbanización La Sirena, varios

agentes todavía hacían guardia en el portal a las dos menos cuarto de

la tarde. Inma estaba aún aturdida. «Ha retumbado todo el edificio»,

rememoraba. «Una vecina vio salir ayer -por el lunes- a un hombre de

color y a un ruso del portal. Tenían pinta rara. Yo pensaba que el 2ºB

estaba vacío. No se oía nada extraño», reconoció. Otros vecinos apuntan

que los presuntos delincuentes no llevaban más de un par de meses en la

zona. Valdint Nete, que reside junto al piso registrado, admitía que

«no conocía» a los inquilinos. «Llevaban poco tiempo aquí y nunca

habían dado problemas», zanjaba la joven.

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Extraído de: elcorreodigital.com

Detienen en Castro a 7 albanokosovares de la red más activa de Europa [+ vídeo]