miércoles. 24.04.2024

La prohibición está vigente sólo en el segundo semestre de este año. En

2009 volverán los barcos aunque con una sensible reducción de días o

buques, adelantan desde el Gobierno vasco. No obstante, la medida para

faenar en aguas vascas no afecta a la flota castreña de poco porte. Son

19 embarcaciones que emplean las llamadas artes menores (redes,

palangre a flote y palangre de fondo) y que, amparados en la costumbre

y en los derechos históricos, pueden seguir trabajando en sus

habituales caladeros.

Un vistazo a la lonja de Castro Urdiales muestra sus

capturas. Hay un sanpedro, fanecas, perlones, cabrillas, cucos,

chicharro blanco (se cotiza a 2,30 euros porque es mejor que el

chicharro maricón, a 18 céntimos), verdeles, sargas, sardinas,

pescadillas, alguna raya, salmonetes (12 euros)... Pero lo que buscan,

explica Pablo Villasante, son «los peces de colores», como llaman en

Castro a doradas (hasta 18 euros el kilo), mojarras y demás pescado con

buen precio en el mercado.

«Los de la flota artesanal hemos ido juntos toda la

vida. Vascos y castreños. Pero a cuenta de este embolado no nos

hablamos unos con otros desde mayo, desde que quitaron las licencias.

Ellos ya ni venían a vender pescado a Castro», explica Santiago

Alegría, del 'Flavi'. «Pero la noche del jueves hubo un entente entre

aparatos, por radio. Ahora ellos, gente de Zierbena, Santurtzi,

Algorta, Plentzia y Armintza, nos apoyan. Esto lo vamos a hablar y a

solucionar los pescadores».

La mar y los peces, dicen, no entienden de fronteras.

Son los vascos los que, a menudo, van a vender sus capturas a la lonja

de Castro. Allí les hacen también sus redes para salmonetes. «Cada uno

tiene su casa, pero, más o menos, somos el mismo puerto», dice Alegría.

Al final, se habla de jornales. «Si nos quitan estas licencias,

desaparece la lonja de Castro Urdiales», explica Pablo Villasante.

Extraído de: elcorreodigital.com

Tras el rastro de los peces de colores