viernes. 19.04.2024

El proceso de rehabilitación del emblemático castillo faro de Castro Urdiales ha sido largo y complicado. Arduo. La restauración del histórico edificio arrancó hace siete años, pero diversos cambios en el proyecto original, varios parones de las obras por falta de presupuesto y las discrepancias entre el Ayuntamiento y la empresa encargada de los trabajos le han impedido abrir sus puertas al público hasta la semana pasada. Tras tanto tiempo en la sombra, una de las joyas más relevantes del patrimonio castreño se ha engalanado a conciencia para su reinauguración. Tanto, que se ha puesto medio centenar de vestidos femeninos de alta costura firmados por 'grandes' de la moda como Cristóbal Balenciaga, Elio Berhanyer, Paco Rabanne, Chanel y Dior.

La exposición 'Vísteme. De la Alta Costura al Arte' permite recorrer la evolución de las tendencias durante los últimos 130 años. Dos de los modelos son de Charles Frederick Worth, considerado el primer modisto del siglo XIX. Confeccionados en 1870 y 1885, ambos encarnan el prototipo de 'gran dama' de la época y tienen su máximo exponente en la Emperatriz Eugenia y la Gran Duquesa María de Rusia. Paquin es otra de las firmas que marcaron un antes y un después. Entre sus clientas estaba Anita Delgado, la bailarina española que se casó con el último Maharajá de Kapurtala. Una impresionante túnica azul de terciopelo chiflón y adornos de 'estrass' de 1910 lleva su sello.

La sobriedad del revolucionario estilo Chanel, el 'chic' de Christian Dior, la elegancia atemporal de Jaques Fath, el minimalismo de Giorgio Armani y el aire arquitectónico de Gianfranco Ferré completan la muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo día 31. El horario es de 10.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas durante todos los días de la semana. Los visitantes disfrutarán también de los dibujos de la pintora Elena González, cuyas obras enlazan con el mundo de la moda ya que constituyen retratos «mágicos de personajes familiares vestidos de acuerdo a la época que han vivido».

Museo del mar

Incluida en el programa de actividades culturales de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la muestra se enmarca en el taller 'El creador de moda y su universo creativo' que los diseñadores Antonio Pernas, Lola Rama y Gert Motmans imparten esta semana en el Palacio de la Magdalena de Santander.

La intención del alcalde de Castro, Fernando Muguruza, es que el castillo faro albergue en el futuro un museo del mar, pero aún no se manejan fechas ni proyectos. Lo que sí podrá estar a disposición del público en breve será una cafetería en la planta superior del edificio. El primer edil explicó que sólo falta ultimar detalles para que el aire acondicionado del local esté operativo. A partir de ahí, el Consistorio sacará a concurso la explotación del negocio.

Ascensor panorámico

El inmueble medieval ha sido reformado en los últimos años. El resultado final, sin embargo, suscitó agrias críticas entre los ciudadanos a pesar de haberse invertido más de dos millones. Uno de los elementos más denostados fue el ascensor panorámico ubicado en un lateral, ya que sobrepasa la altura del castillo y muchos consideran que «desentona» con la histórica construcción. Además, el Consistorio descartó abrir en lo alto un restaurante, para el que incluso se llegó a hablar de firmas de la alta cocina española.

El anterior equipo de gobierno, compuesto por PP, IU y el PRC, decidió en 2004 cambiar algunos de los elementos del nuevo interior, entre ellos una escalera de metal de grandes dimensiones ubicada en medio de la estancia principal. No obstante, la obra se retrasó entonces por falta de presupuesto, lo que ha permitido concluir y pagar otros proyectos como el Pabellón de Actividades Náuticas o el Royal.

Antigua fortaleza templaria

El castillo faro de Castro está situado en el casco antiguo de la villa, junto a la iglesia gótica de Santa María. Antigua fortaleza, para algunos de origen templario, está unida al puerto a través de un puente romano, que fue remodelado en la Edad Media. El emblemático edificio data del siglo XIII, tiene planta pentagonal y cuenta con cinco torreones. De la capilla primitiva sólo conserva la alta bóveda de cañón. El faro fue construido en 1853 sobre el torreón sureste del inmueble, que para entonces ya llevaba más de cien años abandonado. La vivienda del farero se instaló en la terraza de la antigua explanada y la sala de motores en la vieja capilla.

El faro fue encendido por primera vez el 19 de noviembre de 1853, durante el reinado de Isabel II. Al principio funcionaba con una lámpara de aceite dotada de una óptica catadióptrica fija, sobre la que giraban dos lentes verticales con filtro rojo sobre un carro circular, que se accionaba a través de una máquina de relojería. Después este mecanismo fue sustituido por un artilugio dotado de una mecha. Ya en febrero de 1919, se introdujo un sistema eléctrico. Más tarde se añadieron dos lentes exteriores, un flotador de mercurio y una nueva linterna cilíndrica. Continúa en activo.

Extraído de: elcorreodigital.com

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