jueves. 28.03.2024

Los vecinos de Ontón asisten entre la indiferencia y la preferencia de

muchos por pertenecer a Muskiz a la batalla que libran Cantabria y

Bizkaia por la titularidad de esta pedanía castreña.
Ni me

va ni me viene, la verdad. Que hagan lo que quieran. Si al final no

somos nosotros quienes lo vamos a decidir...". María Luisa limpia

botellas en su bar de Ontón, La Plaza. Aunque vecina de Mioño, esta

mujer lleva más de veinte años al frente de este establecimiento,

prácticamente vacío esta tarde de invierno y en el que resuena el

acento venezolano de la telenovela que se emite en ese momento. Sólo un

hombre apura una Coca-Cola acodado en un rincón. "Soy de Cruces, pero

me gusta venir aquí. Llevan ni sé los años con esa polémica. Esto es

Cantabria de toda la vida. Bah...", chasquea la lengua cuando se le

pregunta.

María Luisa, algo reticente a hablar

sobre el deslinde representa el sentir general en esta pedanía de

Castro Urdiales, envuelta en una polémica sobre su pertenencia a

Cantabria o a Bizkaia; un litigio que se vive con cierta indiferencia

entre los vecinos, aunque muchos de ellos no ocultan su preferencia por

incorporarse al municipio de Muskiz. "Igual estábamos mejor con

Bizkaia...", medita en voz alta, paño en mano "Y tenemos más relación".

Muchos de ellos arremeten contra la localidad cántabra; no entienden su

empeño por reclamar la pedanía y ni el "abandono" que sufren. "Castro

nunca se ha preocupado por nosotros", critican muchos.

Ontón

es una pedanía de unos mil habitantes -"creo que empadronados somos

quinientos, pero viviendo más, vizcainos la mayoría, que prefieren

seguir empadronada allí por el tema de los servicios, vienen

prácticamente a pernoctar", apunta un vecino-, dividido en varios

núcleos: Burzaco, entre la carretera general y la costa; Baltezana, El

Manzanal, Otañes, Talledo... encajados en la vaguada. Las numerosas y

novísimas urbanizaciones, de generosos duplex; las viviendas

unifamiliares que se siguen construyendo o se restauran, y sus calles

vacías le confieren un aire a medio camino entre un lugar de veraneo y

una ciudad dormitorio. "Os va a costar encontrar gente por la calle, y

más hoy con el frío que hace", advierte un obrero que trabaja en la

reforma de una coqueta vivienda. El único bar, con ultramarinos

incluido, que hay en Burzaco, el Casa Pedro, da testimonio de que nos

encontramos en pleno camino de Santiago. Dear peregrino. Actually is not hostel for peregrinos in Ontón, the next is Castro Urdiales. Buen camino!! Peregrino!!

"Es

un tema de instituciones, que nunca se han molestado para nada y ahora

empiezan con esta historia no sé muy bien a fin de qué... Siempre ha

estado ahí la polémica y no se ha hecho caso nunca del tema. No se va a

solucionar tan fácil; cambiarán las corporaciones, se olvidarán y

dentro de unos años pasará lo mismo". Jesús María González Aguirre

formó parte de la junta vecinal de Ontón durante 12 años y hoy en día

asiste, entre el hastío y la incredulidad, al enésimo capítulo de esta

pelea. "Aunque gane Muskiz, ni siquiera me va a afectar a mí. Me sigo

quedando en Cantabria. ¡Mira qué desgracia tengo!", bromea, señalando

el famoso río Sabiote, apenas un hilo de agua, que Muskiz reclama como

muga y que fluye a las puertas de su casa. "Todavía lo drago y lo

desvío por detrás...".

González defiende la

teoría de que los terrenos pertenecen a Cantabria -"siempre hemos

entendido que el deslinde de las provincias eran las vertientes del

Mello y los veteranos del pueblo así lo confirman"- aunque, si fuera

por él, hoy mismo firmaría por anexionarse a Muskiz. "Y no sólo hasta

el río; hasta Saltacaballos por lo menos", reclama, convencido. "Castro

en la vida se ha preocupado por Ontón. Somos un pueblo de nadie,

estamos dejados de la mano de Dios", se lamenta. Y arremete contra el

"abandono" en el que les tiene Castro. "No estaríamos como estábamos.

El pueblo crece y no hay infraestructuras de nada. No hay orden, no

tiene más que verlo ahí: en una parcela de 800 metros, tres chalets",

señala con el dedo unas obras cercanas. "El Ayuntamiento de Castro para

lo único que quiere estos pueblos es para especular con ellos y sacar

dinero. Porque preocuparse de servicios, cero", denuncia, enfurecido.

"Agua no potable, sin saneamientos... Tenemos una depuradora que

hicieron por el 95 y la mitad de los vecinos no están conectados. Medio

Baltezana se ha edificado y está todavía con pozas sépticas. Algunos

vertidos van a la campa de los vecinos. Esto es tercermundismos puro.

Menos mal que no hemos nacido negros; si no, haríamos los recados a los

africanos".

"¡Es Castro!", advierte Anabel Díez,

en cuanto se le pregunta por el deslinde. "La verdad es que no estoy

muy al corriente...", admite a la puerta de su casa. "Pero a mí me

gustaría que fuera Muskiz, estaría encantada, igual es porque he estado

más por allí. Lo que convivo con Bizkaia, la Diputación se porta mejor

que la de Cantabria. Aquí somos el pueblo más abandonado", se lamenta.

"Cobarón, que es un pueblecito parecido a éste y pertenece a Bizkaia,

está mucho mejor. ¡Pero que no me oiga mi tío!", añade, riéndose.

Anabel trabaja en Bilbao y estudió en Muskiz, "como la mayoría, que

hacemos más vida allí. Como dice una amiga, vivimos en el límite y no

sabemos ni de dónde somos". Pero no cree que finalmente el litigio se

dirima a favor del Consistorio muskiztarra. "No creo que vaya a pasar.

Llevan muchos años hablando de ello, y lo que queda aún..." A lo que se

opone totalmente esta vecina es a que la pedanía se divida en dos, si

finalmente se adopta el río como límite. "No lo veo justo; o todos de

un lado o todos de otro", defiende.

El deslinde

es un tema recurrente en las conversaciones de este apacible pueblo,

aunque la mayoría de las veces no pasa de comentarios anecdóticos, que

a menudo se prestan a bromas. "Se habla, cuando sale en la tele siempre

lo comentamos, pero tampoco andamos muy pendientes", admite una vecina

que pasea por la carretera. Como muchos, enmarcan la polémica en una

cuestión económica. "Todo viene a cuenta de los montes, de cuando el

entonces alcalde de Castro reclamó a Muskiz esa zona de la Bernilla. Y

a raíz de eso, el de Muskiz dijo que iba a hacer todo lo posible por

recuperarlo", añade.

diferentes versiones

"Hoy me han dicho que Ontón fue cambiado por una pelliza de vino"

María

Sebastián está inmersa en plena reforma de su casa. Lleva unos meses

viviendo en Ontón, donde llegó de su Deusto natal "mitad por morriña,

mitad por otras cuestiones". Parte de su familia es de la pedanía y

aquí pasó muchos veranos en su infancia. "Vivir aquí no se paga con

dinero", murmura mientras pierde la mirada en las cumbres que rodean la

vaguada. Aún recuerda cuando Baltezana, el barrio que se divisa desde

su balcón, en Manzanal, sólo eran cuatro casas. "Y mira ahora",

destaca, señalando las numerosas urbanizaciones. Aunque sabe que no es

imparcial, habla con conocimiento de causa y no duda en posicionarse al

lado de Muskiz. "Estoy más apegada a Bizkaia", reconoce. "Y el

Ayuntamiento de Castro yo creo que aquí se queda muy pobre. Les importa

más bien poco, desde la iluminación a la calzada, pasando por los

contenedores. Yo creo que Bizkaia lo tendría mejor".

"Esta

mañana mismo me decían que Ontón había sido cambiado por una pelliza de

vino... ¡No me preguntes ni hace cuánto tiempo ni a quién!", advierte.

Es sólo un ejemplo de la larga letanía de historias, versiones e

interpretaciones de los mismos hechos que confluyen en este debate.

Extraído de: deia.com

El deslinde de Ontón: Vivir en el límite