jueves. 18.04.2024

A punto de cumplir los 59 años, Nicolás Aspírez ha dedicado toda su vida a la mar. Y es que este castreño proviene de una familia que ha vivido siempre inmerso en este mundo. Además, Nicolás recuerda cómo era hace unos años la festividad de San Andrés, patrona de los marineros, a la vez que muestra su pesimismo sobre el futuro de la profesión.

-¿Qué supone para un marinero la festividad de San Andrés?

-Era la fiesta principal que tenían los pescadores, porque antiguamente eran los que disfrutaban la fiesta. En Castro la gente de tierra no tenía fiesta, sólo los pescadores.

-¿Ha cambiado mucho la celebración?

-No. La verdad es que la celebración era prácticamente como ahora. Se hacía una procesión previa a la misa, que tenía lugar a las 12 del mediodía y después se ofrecía un aperitivo a la gente de la mar y a las autoridades. Por la noche, se degustaban los caracoles y el besugo, lo que pasa es que ahora los besugos brillan por su ausencia. Antes había muchos más besugos y bastante más baratos que ahora. (Recuerda que antes un besugo costaba unas 18 pesetas).

-¿Cómo ha evolucionado la vida del pescador en Castro Urdiales?

Mucho. Antes aquí salíamos a faenar unos 28 barcos del arte de cerco o pesca mayor, ahora la mayoría son merluceras que trabajan con redes.

-¿Qué futuro tiene esta profesión en el municipio?

Los barcos pesqueros tienden a desaparecer. Hay cuatro o cinco barcos en el municipio que no tienen un relevo generacional.

Extraído de: eldiariomontanes.es

«Castro siempre ha estado relacionado con la mar»