sábado. 20.04.2024

En la zona castreña de La Loma, se encuentra una pequeña explotación de colmenas, que regenta, como una distracción vocacional, el castreño Fernando Rodríguez Basabe quien nos recibe, en una mañana lluviosa, calzando almadreñas al más puro estilo montañés, y quien comienza diciendo que “me aficioné a las colmenas, gracias a mi hermano Enrique, gran amante de todo lo relacionado con el campo, la agricultura, los animales y hasta tenía una floristería como negocio, a todo lo cual añadió el mantenimiento de colmenas en las que yo le ayudaba; después, por causas naturales del paso del tiempo, dejó este cuidado y me hice cargo yo de las colmenas hasta el día de hoy, dedicación que seguiré manteniendo hasta que la salud me lo permita”.

En la actualidad, “tengo 10 colmenas, he llegado a tener más de 20, pero se han ido muriendo debido, principalmente, a la enfermedad denominada Barroa principalmente, además de otra enfermedad, aún por definir pero que ya está prácticamente localizada; debido a estas enfermedades hay que tratarlas mucho, estar muy pendientes de las abejas y pese a todo no puedes evitar que se mueran algunas, debido a que esta enfermedad, la Barroa les come las alas, les impide volar lógicamente y mueren”.

“De todas formas el mantenimiento se puede decir que es diario, pero sobre todo dos veces al año hay que ponerles la tabla contra dicha enfermedad provocada por un ácaro que se adhiere a la parte superior del cuerpo de las abejas y comienza su función destructora señalada anteriormente; también hay que procurar que no les falte comida durante el invierno para lo cual hay que dejarles unos cuantos kilos de miel en los paneles para que se alimenten y puedan pasar el invierno con garantías”. Rodríguez Basabe señala que “con estas 20 colmenas estoy consiguiendo, en los últimos años, 120-140 kilos, pero el año pasado en el que el invierno se portó prácticamente como si fuera primavera, que el eucalipto estuvo en flor varios meses y del que extraen mucho néctar, pues he conseguido alrededor de 326 kilos, es decir, han duplicado la producción respecto a años anteriores, incluso teniendo menos colmenas”.

Fernando Rodríguez tiene una particularidad con sus colmenas “normalmente tengo las colmenas en una zona del barrio de Pando (Sámano) una zona rodada de eucaliptos, a excepción de 30-45 días que las bajo a la finca donde tengo el domicilio en Brazomar, donde procedo a la extracción de la miel con maquinaria de acero inoxidable, es decir, una centrifugadora y un depósito; una vez pasado este tiempo las vuelvo a trasladar a Pando donde tienen los eucaliptos a dos metros de distancia prácticamente, ya que desde aquí los tendrían mucho más lejos”.

Extraído de: elalerta.com

Una pequeña explotación de colmenas en la localidad castreña de La Loma