La opinión de los vecinos de Castro Urdiales y usuarios de la A-8 a su
paso por esta localidad costera no se ha hecho esperar tras conocer la
noticia de la Delegación de Gobierno de Cantabria en la que anunció la
semana pasada que se llevarían a cabo varias medidas para reducir el
límite de velocidad, hasta 100 kilómetros por hora, entre el límite con
Vizcaya y la zona de Castro Urdiales Sur.
A día de hoy, hay opiniones de todo tipo. «Me parece una limitación
totalmente excesiva porque lo que habría que mejorar es el asfalto. Hay
curvas que están muy mal en ese tramo. Además, no hay que olvidarse de
la mala educación de los conductores, porque hay una falta de respecto
a la hora de conducir muy grande», así de clara se mostraba Oihana
Arredondo, taxista castreña.
Esta opinión era refrendada por otro usuario al que le parece mal
la medida llevada a cabo por la Dirección General de Tráfico, «ya que
considero que hay zonas donde se puede ir a mayor velocidad sin
problema». Este mismo vecino apuntaba a tres causas por las que se
producen los accidentes en general: que no preparan bien a la gente
para conducir correctamente, el exceso de alcohol y que los jóvenes no
tienen la suficiente experiencia para ir más rápido por las carreteras.
En este mismo sentido, José Luís Calvo, marino mercante jubilado,
opinaba, en declaraciones a este periódico, que no le parece «de lo más
prudente» esa reducción de 120 a 100 kilómetros por hora, porque si el
objetivo es que se vaya más despacio cuando la calzada está mojada por
la lluvia, «esa reducción de velocidad tiene que ir con el propio
conductor. Al final, el problema es que esas carreteras no drenan el
agua que cae, sin más», apostilló.
Asimismo, esta opinión de que el mal estado del asfalto es la causa
de los múltiples accidentes producidos en los últimos meses, era
respalda por otro castreño y conductor habitual que señalaba que «si se
mejorara el piso de los viales, se podría circular con normalidad a 120
kilómetros por hora, limitando al velocidad a 100 km/h en el puente
Ontón». Además, este vecino aprovechaba la ocasión para denunciar que
«hay lugares, sobre todo en las pedanías, donde los caminos son muy
estrechos, el exceso de velocidad es patente, sobre todo por personas
ajenas a dichos pueblos, y donde la falta de limpieza de matorrales es
causa de accidentes por ausencia de visibilidad».
A favor de la medida
Pero no todas las opiniones de los vecinos del municipio y usuarios
de la A-8 a lo largo de estos 10 kilómetros son contrarias a esta
reducción de velocidad, ya que hay castreños, como Ramón Senlle, que
opinan que «estamos ante una muy buena medida porque así se reducirá el
número de accidentes. Está claro que no es lo mismo ir a 120 que ir a
100», añadía.
Por otro lado, Marcial Cuadrado, comerciante, aseguraba que «120 es
una velocidad muy maja, pero viendo que el número de accidentes ha
aumentado, la reducción está bien. Yo suelo ir mucho a Bilbao y siempre
hay accidentes, salidas de carretera, etc. Eso sí, 120 km/h no me
parece una velocidad excesiva si se conduce bien», dijo.
Extraído de: eldiariomontanes.es