viernes. 29.03.2024

El Ayuntamiento de Castro planea cambiar la ubicación del mercadillo ambulante que se celebra todos los jueves en la plaza de La Barrera para descongestionar el «caos circulatorio» que sufre el núcleo urbano del municipio todas las semanas. La proximidad del inicio de la obras del parking de Amestoy, que restará un buen número de plazas de aparcamiento en la zona, ha sido un factor determinante a la hora de tomar esta decisión.

Los horarios de carga y descarga para los vendedores que acuden cada jueves a la localidad costera coinciden con las horas de mayor densidad de tráfico. Según el actual reglamento, los camiones pueden depositar el género de 6.00 a 9.00 horas y recogerlo de 13.30 a 15.00, lo que provoca el colapso de la Avenida de la Constitución, principal arteria del municipio. «Los camiones se suben a las aceras y tapan los semáforos... Es un caos», describió ayer la concejal de Turismo, Comercio y Hostelería, Ana Zubiaurre.

Por todo ello, el equipo de gobierno estudia un nuevo emplazamiento para el popular evento semanal, aunque no concreta qué lugares se barajan. «Ya sabemos que los cambios de ubicación temporales a veces se convierten en definitivos, por lo que tenemos que pensarlo muy bien», matizó Zubiaurre.

Además del posible traslado, el Consistorio también se plantea actualizar la actual ordenanza reguladora del mercadillo, que data de 1997, para resolver ciertas «irregularidades» que se han detectado en su funcionamiento. Una de las anomalías que más preocupan al Consistorio tiene que ver con el estado de algunos de los alimentos perecederos que se encuentran a la venta. Los responsables municipales sospechan que algunos comerciantes «rompen la cadena del frío», por lo que estarían incumpliendo las normas sanitarias vigentes y no ofrecerían las debidas garantías a los consumidores. En esa línea, Zubiaurre también lamentó la dejadez de algunos vendedores cuando abandonan la plaza. «Dejan bolsas, cartones y fruta tirada por el suelo», criticó la concejal.

Falsificaciones

En los puestos del mercadillo no sólo pueden encontrarse frutas y pescado, sino que también hay abundante ropa y complementos a la venta. En este sentido, el Ayuntamiento ha detectado la presencia de «imitaciones y falsificaciones» entre los artículos expuestos. Por este motivo, también desea que uno de los puntos de la nueva ordenanza remita a la ley que regula este tipo de productos.

Extraído de: elcorreodigital.com/vizcaya

Estudian trasladar el mercadillo de Castro para evitar el caos circulatorio