jueves. 18.04.2024

Si hay un municipio en Cantabria que puede presumir de vivir inmerso en

la costa ese es Castro Urdiales. Y prueba de ello es que hoy en día

todavía hay vecinos que viven de la mar y de todo el trabajo que

conlleva esta profesión. En este contexto, hay una labor dentro de la

actividad pesquera que es la de 'adobar el arte de cerco' de los barcos

o lo que es lo mismo arreglar o reparar la redes que se han roto

después de que los barcos vuelven de faenar.

Mercedes Perales, a sus 85 años de edad, es una de las adobadoras o

rederas, ya que se las conoce de las dos formas, más veteranas de

Castro Urdiales. Aunque ya no se dedica a adobar el arte, Mercedes es

muy optimista con este oficio, ya que asegura que «mientras haya

barcos, habrá rederas».

Esta castreña recuerda como hace unos

cuantos años, cuando había cerca de cuarenta barcos en el puerto que

salían a faenar, muchas eran las rederas que se encargaban de adobar el

arte.

«Normalmente era un trabajo familiar, pero cuando

aumentó el número de barcos, creció el número de rederas», asegura.

«Incluso hubo una escuela de adobadoras por el Instituto Social de la

Marina. Yo creo que la única en Cantabria», recuerda Mercedes Perales.

El arte de adobar las redes consistía básicamente en unir esos rotos de

la red con paños, para ello se utilizaba una aguja de madera e hilos de

algodón. «Se armaba el arte en consonancia con el gusto del patrón del

barco. Además, todo los armadores tenían una lonja donde se adobaba,

aunque normalmente esta labor se realizaba en el muelle», apunta

Mercedes.

En la actualidad, Castro Urdiales cuenta con dos

barcos que merecen una especial mención por continuar con esta

profesión: el 'Padre José', que pesca todo el año con artes de cerco y

el ''Albo Puertas', que combina la pesca de cerco con otros oficios

como la pesca del bonito a 'cacea' o la de verdel a 'pulso'.

Presente y futuro

«No

hay futuro para esta profesión. Esto se pierde y la gente ya no aprende

el oficio». Así de claras se muestran Concepción Díaz y Mari Carmen

Quintana, dos de las cinco rederas del 'Padre José' que aún siguen en

activo.

Para estas dos castreñas, el oficio de adobar el arte es

una tarea que normalmente realizan los fines de semana para que el

lunes el barco tenga sus redes en perfecto estado. Con respecto a la

evolución de esta profesión, Concepción y Mari Carmen, aseguran que

únicamente ha cambiado el material. «Ahora el hilo es de nilón y la

aguja de plástico, pero la malla siempre ha sido la misma. Además,

estamos sentadas en alto para estar mas cómodas», sostienen. A pesar de

ello, estas dos rederas castreñas, al contrario de lo que opina

Mercedes Perales, creen que su profesión está en vías de extinción.

«Sólo quedamos nosotras y las Albo Puertas», aseguran.

Extraído de: eldiariomontanes.es

Las adobadoras del arte de cerco