Castro estrenará su primer ascensor panorámico a finales de este mes.
Diseñado en acero y cristal, el nuevo elevador público conseguirá
salvar el importante desnivel existente entre las céntricas calles
Libertad y Leonardo Rucabado del municipio costero. Hasta ahora, los
vecinos sólo podían acceder a sus casas a través de unas escaleras que
suponen una importante barrera arquitectónica y que se encuentran en un
estado «lamentable», tal y como han llegado a afirmar los tribunales.
El nuevo equipamiento, que tendrá capacidad para diez personas, vendrá
acompañado del acondicionamiento de los accesos peatonales a la zona de
Santa Catalina. Cabe recordar que el elevador se encuentra cerca del
colegio público Arturo Dúo y que está proyectado construir un nuevo
centro educativo en las inmediaciones.
Después de tres años de
agria polémica, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de
Cantabria desbloqueó a finales de febrero de forma definitiva la
construcción del ascensor al considerar que el proyecto «no beneficiaba
a intereses privados». Los magistrados desestimaron de esta manera el
recurso presentado contra el proyecto por los ediles no adscritos
Teresa Pérez y Pedro Olano. Los concejales consideraban «ilegal» el
convenio suscrito entre el equipo de gobierno y dos promotores privados
para llevar a cabo la edificación del ascensor por no ajustarse al Plan
General.
Acuerdo a tres bandas
El
Consistorio, la empresa Martín del Río Construcciones y la compañía
Castro 2000, que desarrolla una promoción de pisos en la zona,
rubricaron un acuerdo hace tres años por el que ambas firmas se
comprometían a edificar el ascensor y a mejorar las comunicaciones
entre las dos calles. A cambio, el Ayuntamiento les permitiría
habilitar en suelo público el acceso a los garajes de su nuevo edificio
por Leonardo Rucabado.
En mayo de 2005, sin embargo, el
Ayuntamiento optó por paralizar las obras. En línea con la tesis
defendida por los dos concejales no adscritos, varios informes
municipales aconsejaron suspender la edificación del ascensor porque
podía vulnerar el Plan General. Un año después, un juez autorizó en
primera instancia reanudar los trabajos, pero los ediles recurrieron el
fallo.
Ahora, el Tribunal Superior ha despejado definitivamente
el camino a la puesta en marcha del ascensor. Los magistrados
consideran que el elevador y las obras de mejora que se desarrollan de
forma paralela en la zona beneficiarán a todos los vecinos. Asimismo,
el fallo estima que los arreglos «no perturban» las actividades
educativas del colegio Arturo Dúo. Por último, los jueces sostienen que
la reparación de las escaleras «mejora notablemente el entorno».
Extraído de: elcorreodigital.com