miércoles. 24.04.2024

El Fiscal mantuvo hoy la petición de 24 años de prisión para el vasco Gabriel G.C., -confeso de matar al taxista laredano Miguel Macías Ocaña mediante 18 puñaladas- por un delito de robo con violencia y otro de asesinato con alevosía porque "su intención fue matarle" de "un modo totalmente sorpresivo" que dejó a la víctima "sin posibilidad de defensa", rechazando la atenuante de drogadicción.

La acusación particular concluye que "el acusado estaba enfadado con el mundo y quería vengar su rabia"

Así lo sostuvo el Ministerio Público durante la sesión de informes, ante el Jurado Popular que deberá de dictaminar mañana la inocencia o culpabilidad de Gabriel G.C., básicamente en dilucidar si se trató de un delito de homicidio -tal y como sostiene la Defensa- o de asesinato, porque el procesado ha confesado que fue él quien apuñaló la mañana del 8 de abril de 2005 unas 18 veces al taxista tras realizar un viaje de Laredo a Castro Urdiales, aunque su primera intención fue "sólo robarle".

   La tercera jornada del juicio, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, se inició con una declaración por videoconferencia de agentes de la Guardia Civil del Departamento de Criminalística, quienes confirmaron que el billete con que pagó el procesado en el bar 'Paréntesis' de Castro Urdiales cuando jugaba a las tragaperras tras haberle matado tenía "sangre del taxista", al igual que el arma homicida.

   Además, explicaron que en el lavabo del citado bar se encontró papel higiénico con "sangre y restos de mucosidad" del agresor, quien fue capturado sobre las nueve de la noche en Castro Urdiales gracias a "la colaboración ciudadana".

   Por su parte, los peritos forenses indicaron que Miguel Macías Ocaña, -que tenía 61 años de edad, y tres hijos-, recibió 18 puñaladas, una "mortal de necesidad", otra "muy grave" y tres "graves", que acabaron con su vida por "una hemorragia aguda".

   Los expertos destacaron que las 18 heridas se asestaron desde "atrás", "con mucha fuerza", a lo largo del cuello, abdomen, pecho y brazos de la víctima, hasta el punto de que "no hubo más destrozos --de órganos-- porque el arma chocó con elementos óseos", como "costillas".

POLÉMICA POR LA INGESTA DE COCAÍNA

   Los forenses explicaron que el examen que se realizó al acusado, a las 21.00 horas del día siguiente a la agresión, prueba solamente que éste había ingerido cocaína y alcohol "con diez horas de anterioridad", y que, en cualquier caso, en unas dosis que producían una "leve afectación" de sus actos.

   Esto motivó que mientras para la Fiscalía y la acusación particular el informe sólo prueba que Gabriel G.C. esnifó la cocaína tras matar al taxista, apoyándose en la versión de la camarera del 'Paréntesis' de que iba al baño "continuamente", la Defensa sostuvo que diez horas antes del examen de barbitúricos, su cliente se encontraba ya detenido.

   "No podemos saber a ciencia cierta si consumió cocaína antes o no", destacó el fiscal, para quien, aún en el caso de que hubiera esnifado, la atenuante por drogadicción no procede porque el acusado dijo que se la tomó para "atreverse" a robar al taxista porque pasaba por "problemas personales" y "laborales", ya que le habían reducido la jornada en su trabajo y tenía una niña pequeña.

   "Ha consumido cocaína para delinquir", para "hacer uso de un cuchillo de monte" que compró el día anterior en Baracaldo, añadió el fiscal, destacando también que no hubo arrepentimiento por parte del procesado porque no se entregó, sino que "fue detenido por la Guardia Civil".

   Por su parte, la abogada de la familia del taxista, Carmen Sánchez Morán, expuso que "ni existen pruebas de consumos anteriores" de drogas, ni "la más mínima prueba de que fuese toxicómano", recordando que los testigos que se toparon con él antes de entrar al taxi dijeron que "no vieron nada anormal" en su conducta, por lo que se mostró partidaria de un consumo posterior al crimen.

"MATÓ PARA ROBAR LO QUE CAIGA" Y "NO ERA ALBANOKOSOVAR"

   La letrada Sánchez Morán, que mantuvo los 26 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento y el robo con violencia, calificó de "crimen brutal" la agresión de Gabriel G.C., ya que "mató para cobrar lo que caiga", sin darle oportunidad a darle el dinero" y sin "hablar con la víctima", "atacándole con su arma hasta darle muerte".

   En este sentido, la abogada indicó que el acusado "no era albanokosovar", sino "uno de los nuestros", un ciudadano español que  "mató sin compasión ni empatía de ningún tipo, a riesgo incluso de no lucrarse", porque "el acusado estaba enfadado con el mundo y quería vengar su rabia" por el descenso de jornada laboral y de sueldo, en lugar de "buscar otro trabajo", como hubiera hecho "otra persona" en su situación.

   "¿Por qué no atracar un banco?" en lugar de "robar y agredir de forma salvaje a un modesto trabajador", interpeló la abogada en sus informes, tras destacar que Gabriel G.C. se pasó "cerca de tres horas" jugando "a las máquinas tragaperras" tras apuñalar al taxista.

   Por su parte, la Defensa, ejercida por el letrado Juan Bautista Pereda, sostuvo la eximente total por drogadicción y en caso subsidiario, un delito de homicidio, con siete años de prisión, afirmando que Gabriel G.C. era "una buena persona" hasta que los problemas laborales "le hicieron la vida pedazos".

   La Defensa indicó que el acusado "cantó absolutamente todo" a la Guardia Civil y que "no tuvo intención de matar", estando actualmente colaborando en la Prisión Provincial de Santander con un equipo psico-social para evitar los suicidios en otros presos.

   En cuanto a Gabriel G.C., a quien una jornada más se le consintió tener la cara cubierta salvo los ojos, se limitó al tomar uso de la última palabra a adherirse a "todo lo que ha dicho mi abogado", quedando el juicio convocado para las 10.00 horas de mañana, cuando el Jurado Popular debatirá el objeto del veredicto.    

Extraído de: europapress.es

Fiscalía mantiene 24 años de cárcel para el hombre que mató al taxista en Castro