Desde el pasado sábado, la zona de bares de Castro está más vigilada.
La habitual presencia policial en el casco antiguo de la localidad
durante los fines de semana se vio reforzada con la llegada de nuevos
agentes de la Guardia Civil de Santander y de la propia Policía local
del municipio. A partir de ahora, los efectivos harán guardia de forma
«constante» desde las doce de la noche hasta las cuatro de la mañana de
los fines de semana. «Se trata de desarrollar acciones preventivas que
permitan que la convivencia en esa zona sea ordenada. El objetivo es
que no se produzca ningún altercado que pueda degenerar en violencia»,
razona Agustín Ibáñez, delegado del Gobierno en Cantabria.
Esta medida fue adoptada el miércoles durante la celebración de la
Junta local de Seguridad del municipio, en la que los máximos
responsables de la Guardia Civil, la Policía local, el Ayuntamiento de
Castro y la delegación del Ejecutivo en Cantabria hicieron balance de
los niveles de delincuencia registrados en el municipio durante el año
pasado. La 'inyección' extra de agentes, aún sin determinar, en la zona
de ocio juvenil de la localidad fue una propuesta del propio
Consistorio, que advirtió la «necesidad» de llevar a cabo un refuerzo
«preventivo» de esas características. «No queremos que los agentes
hagan rondas, sino su presencia estable para que los ciudadanos gocen
de una mayor seguridad», apuntó el concejal de Personal y Obras,
Salvador Hierro.
En líneas generales, la cifra de delitos y
faltas cometidos en 2006 fue ligeramente inferior a la registrada el
año anterior. Cabe destacar una disminución en el número de robos con
violencia e intimidación en viviendas, locales y en plena calle y los
ataques al mobiliario urbano.
Malos tratos
No
obstante, las denuncias por malos tratos presentadas durante el año
pasado fueron 53, lo que representa un incremento del 82,7% respecto a
2005. Como respuesta a estos datos, la Junta local de Seguridad acordó
constituir un grupo de trabajo «pionero en España» que aglutinará a las
fuerzas de seguridad, la delegación del Gobierno en Cantabria y los
servicios sociales para proteger a las víctimas. La idea es establecer
un protocolo de actuación ante estos delitos. Tres niveles señalarán el
riesgo que corre la persona maltratada en base a 49 parámetros.
Respecto
a los dos planes de respuesta policial al tráfico y consumo de drogas
en el entorno de centros escolares y zonas de ocio juvenil puestos en
marcha hace un año por el Ministerio de Interior, Castro registró un
total de 85 denuncias a lo largo del año pasado.
Extraído de: elcorreodigital.com