El acueducto romano de Castro, que data del siglo I, ha vuelto a sufrir
el ataque de vándalos. Si a finales de 2005 los incontrolados se
cebaron con farolas y arquetas, en esta ocasión los principales
damnificados han sido los paneles informativos que jalonan el paseo que
recorre los restos históricos, inaugurado el pasado año. En total, más
de 4.000 euros en destrozos que han obligado a las autoridades a doblar
la vigilancia del espacio histórico, conocido como El Chorrillo.
La Policía local aumentará sus patrullas por la zona, ubicada en pleno
centro del casco urbano, y pondrá en marcha «otras medidas sorpresa que
permitan identificar y detener a los culpables», anunció el delegado de
Medio Ambiente y Patrimonio Histórico, Juan Tomás Molinero. El edil
regionalista, uno de los principales impulsores de la recuperación de
la conducción romana, no oculta su indignación por lo ocurrido. «Han
descascarillado los bancos con una navaja o un cuchillo. Han arrancado
varios paneles informativos, que son de hierro, y hasta hay marcas de
disparos hechos con una escopeta de balines o similar», denunció. Por
si fuera poco, los destrozos se han extendido tal edificio de la
escuela taller, situado en las inmediaciones.
Pagar los daños
La
guardia urbana detuvo la semana pasada a dos menores como presuntos
autores de los daños en el equipamiento educativo, pero aún no se han
confirmado su implicación en los ataques de El Chorrillo. De ser así,
el Ayuntamiento estudia el posible castigo a los vándalos.
«Intentaremos que paguen todos los daños y también estudiamos la
posibilidad de que sean castigados con trabajos para la comunidad, pero
eso sería más complicado», apuntó Molinero.
Pese a su
indignación, el responsable de Patrimonio se felicitó porque «al menos
han actuado sólo en el mobiliario y no sobre los restos arqueológicos».
No obstante, el edil advirtió de que si se llegan a producir estos años
«será el Gobierno de Cantabria quien sancione», ya que los restos están
declarados Bien de Interés Cultural. «Algunos se escudan diciendo que
esto pasa porque los jóvenes no tienen alternativas de ocio en Castro
Urdiales. Cuando yo tenía su edad tampoco las había y no nos daba por
hacer estas barbaridades», criticó Molinero.
Extraído de: elcorreodigital.com