La oferta hotelera de Castro se ha visto completada con la apertura de la primera posada rural del municipio. El alojamiento, bautizado como Los Olivos, se ubica en la pedanía de Lusa, muy cerca de la salida de la A-8 hacia Mioño y a sólo cinco kilómetros de Castro. No falta ni un detalle, incluido un timbre de mostrador, de esos que aparecen en los hoteles de las películas antiguas. «Ha sido un capricho de Noelia, mi mujer. Le ha costado mucho encontrarlo, pero no ha parado hasta conseguirlo», desvela el propietario, Santiago Cortés.
El matrimonio ha trabajado durante dos años en la rehabilitación de una antigua casa de labranza, estilo caserío vasco. «Ha colaborado toda la familia», reconoce Santiago. «Mi suegra ha hecho las cortinas de toda la casa, mi padre y yo hemos pintado... todo el mundo ha puesto su granito de arena», admite la pareja.
A juzgar por el resultado, el esfuerzo y la inversión han valido la pena. Siete habitaciones -«cada una con baño, hidromasaje y conexión wifi», apuntan orgullosos- repartidas en las dos plantas superiores, y un comedor en la planta baja, donde una chimenea y el mobiliario colonial dan la bienvenida al visitante. «Aquí, antes estaba la cuadra, y ahí, donde está el recibidor, estaban los pesebres para el ganado», recuerda el matrimonio.
Actividades
Santiago y Noelia ya han pensado en actividades para atraer a más clientes. «Hay una empresa local que se encarga de organizar rutas de senderismo, espeleología o treking entre otras cosas», desvelan. Otro de los atractivos de Los Olivos será la gastronomía, con especial dedicación «a las carnes a la brasa y al horno de leña, aunque también habrá espacio para los pescados», anuncian.
La cercanía de grandes aglutinadores de visitantes, como el BEC o el Guggenheim, les hace ser optimistas. «Viene mucha gente y muchos buscan alojamiento en Cantabria, así que somos una buena opción, además de novedosa», aseguran.
Extraído de : eldiariomontanes.es
