viernes. 19.04.2024

Los dos niños de Castro Urdiales que permanecen ingresados en la UCI

del hospital vizcaíno de Cruces continúan en estado grave, uno de ellos

con una ligera mejoría y el otro sin cambios.

Por su parte, los dos pequeños que se encontraban en observación en el

mismo centro hospitalario del País Vasco, han recibido ya el alta, el

primero el lunes por la tarde y el segundo ayer martes.
De entre

los dos que permanecen en la UCI, el que ha experimentado una “ligera

mejoría” es el que presentaba un pronóstico más grave, mientras que el

otro se mantiene grave y sin cambios, informó ayer martes la Dirección

General de Salud Pública del Gobienro regional.
En los cultivos

que se les han realizado sigue sin aislarse el estreptococo pyogenes

que fue el causante de la muerte, por shock tóxico, de una niña de dos

años que acudía a la misma guardería.
Lo que sí se ha

localizado en el caso de uno de los dos pequeños ingresados en la UCI

es otro estreptococo de la misma familia, pero dado que se trata de

algo común la presencia de estos gérmenes en los humanos no se sabe aún

si “añade” algo a la comprensión de lo sucedido.

Según explicó ayer la consejera de Sanidad y Servicios Sociales del

Gobierno cántabro, Rosario Quintana, lo sucedido “sigue siendo una

incógnita científica” y por ello se sigue trabajando en la búsqueda de

una explicación.

Si finalmente no se consiguiera aislar el germen en las muestras

tomadas a los dos niños, lo más probable es que se atribuya también al

mismo que provocó la muerte de la otra pequeña, ya que la coincidencia

de los casos en el tiempo, el hecho de que acudieran a la misma

guardería y las edades similares de los afectados hace que

“epidemiológicamente” se piense que todos los casos han sido causados

por ese germen marcado por un “comportamiento particularmente agresivo”.

En cualquier caso, la consejera de Sanidad, Rosario Quintana, recalcó

que el cierre de la guardería no implica que exista en ella ninguna

anomalía ni quiere decir que el germen se encuentre en sus

instalaciones, ya que se trata de un germen que habita en la garganta

de las personas.

Con el cierre de la guardería lo que se pretende es evitar que quienes

acuden a ella estén en contacto, hasta que el tratamiento que se les ha

puesto a los niños, cuidadores y familiares, haga que el germen

desaparezca de las gargantas de aquellos que pudieran portarlo.

Finalmente, preguntada sobre la peculiaridad de lo sucedido, la

consejera recordó que estos “brotes particularmente malignos de cuadros

tóxicos por esta bacteria aparecen aisladamente”, pero el caso cántabro

no es el único.

Como ejemplo, aludió al caso de la bacteria asesina de Inglaterra y a

otro en Minnesota, donde afectó a alumnos de una guardería.

Extraído de: eldiarioalerta.com

Quintana: la infección de los niños “sigue siendo una incógnita científica”