será, sin dudarlo, el día más feliz en la vida de mi padre», aseguró
ayer Jesús Gutiérrez Castro, uno de los hijos del conocido empresario
castreño Manuel Gutiérrez Elorza, ' Lolín', a quien hoy se rendirá
homenaje en su Castro Urdiales natal. Los actos comenzarán a las 13
horas, con el descubrimiento de una placa conmemorativa con el nombre
del ex alcalde regionalista en una de las zonas más concurridas de
Castro Urdiales, el paseo marítimo, que pasará a llevar su nombre por
decisión del pleno municipal. Posteriormente, en el transcurso de una
multitudinaria comida que tendrá lugar en el hotel Las Rocas, el
presidente regional, Miguel Ángel Revilla, entregará a Gutiérrez Elorza
la Medalla de Plata de Cantabria.
Para Jesús Gutiérrez, el
menor de los ocho hijos de 'Lolín', la de hoy será «una jornada más
emotiva para mi padre que cuando le concedieron la Medalla al Mérito en
el Trabajo que le entregaron en noviembre por sus 50 años de duro
trabajo». Jesús no duda: «al fin y al cabo mi padre siempre ha estado
dividido entre dos grandes amores: su pueblo y su familia». El homenaje
de hoy en su pueblo, la entrega de una distinción por parte del
presidente regional en un acto en el que estará rodeado de todos sus
amigos, «será su mejor día porque se unen su vida laboral, la familia,
sus amigos y su amada ciudad», afirma Jesús Gutiérrez.
El hijo
menor del empresario castreño habla de su padre con entusiasmo «al
igual que lo haría cualquiera de sus ocho hijos», afirma con
rotundidad.
Manuel Gutiérrez Elorza nació el 24 de agosto de
1926. Empezó a trabajar a los 13 años yendo a muchos kilómetros, hasta
Vizcaya, en bicicleta. Era allí donde se proveía de leña para hacer pan
que luego distribuía en Castro Urdiales. A los 28 años se casó con
María del Carmen Castro, madre de sus ocho hijos. Justo en el año de su
matrimonio empieza su relación con el mundo del mar y las conservas.
Estos primeros contactos se producen a través de Jaime Croche, un
empresario italiano que acude a Gutiérrez Elorza y a otras personas de
Santoña para que le suministren pescado en barriles. De esta relación
nacerá lo que posteriormente se convertirá en el negocio familiar. El
empresario italiano marcaría la trayectoria empresarial y vital de
Gutiérrez Elorza quien le considera su segundo padre.
Sobre una huerta
Hace
tres décadas 'Lolín' comenzó a construir su negocio sobre una huerta de
la calle La Rúa. Con los beneficios y la confianza que depositaron en
él los bancos consiguió levantar un edificio de cuatro alturas. «Poco a
poco, con paciencia, mucho trabajo y entusiasmo», explica Jesús. Hace
ocho años, el empresario y alcalde regionalista de Castro Urdiales
durante tres legislaturas puso la vista en la actual ubicación de
Anchoas Lolín, en la zona de Brazomar.
Movido por sus
sentimientos y emociones no esperó a la segunda subasta de la parcela
situada a la entrada de la ciudad. Se presentó a la primera porque no
quiere perder los terrenos por los que había trabajado y se alza con la
propiedad del inmueble. En el anecdotario familiar se recuerda que José
Gancedo, consejero de Ganadería en aquel momento, dijó, al ver el
edificio construido en piedra caravista y formas redondeadas, «no me
extraña que piensen que estás haciendo un hotel». Gutiérrez Elorza le
replica: «hay que hacer una fábrica apropiada a la entrada de mi
ciudad».
Amigo de sus amigos
«Un hombre sencillo, amigo
de sus amigos, amante de su familia aunque a veces reservado de tanto
trabajar», así describe el menor de sus hijos a 'Lolín', que ha sido
también diputado regional durante veinte años. Este año, por motivos
sentimentales, Manuel Gutiérrez Elorza ha adquirido mediante subasta la
Cofradía de Pescadores de Castro Urdiales por más de un millón de
euros.
Hoy Manuel Gutiérrez Elorza vivirá una jornada
memorable. Cuando recibió la noticia de que le había sido concedida la
Medalla al Trabajo, el empresario dijo: «en mi generación hemos
trabajado tantos y tanto...». «Esa medalla, según su hijo Jesús, es un
símbolo para toda una generación y, en el fondo, aunque se la
concedieron a mi padre, hay mucha gente que ha trabajado tanto o más
que él».
Su despacho no tiene esquinas
«Mi padre es la pesadilla de los arquitectos porque tiene una manía:
que no haya aristas ni esquinas en las habitaciones. Su despacho no
tiene las tradicionales esquinas y es redondeado», señala Jesús, quien
recuerda que cuando se construyó la nueva fabrica hizo a los
arquitectos cambiar muchas veces el proyecto de obra. «Temo que le
espera lo mismo a los que hagan el proyecto de la Cofradía», afirma.
Manuel
Gutiérrez, sin saberlo, practicaba y conocía de manera innata el
feng-shui, un arte oriental de 6.000 años de antigüedad que ahora está
de moda y que busca armonizar la energía de una casa o un negocio.
Muchos empresarios, como es el caso del norteamericano Donald Trump,
confiesan que no construyen nada ni reforman sus oficinas y residencias
sin consultar previamente algún experto en feng-shui que apuesta por lo
suave y redondeado anulando las esquinas como hacia Lolín. ¿Habrá sido
ésta la razón de su éxito? Puede haber ayudado pero con seguridad,
también habrá tenido bastante que ver su trabajo.
Jesús
Gutiérrez explica que su padre llamó a sus cuatro hijos varones como
personajes de telenovela: José, Manuel, Jesús y Fernando, como se les
conoce, tienen nombre compuesto y todos tienen como segundo apelativo
el de Manuel, nombre paterno, y Fernando, nombre de su abuelo. «¿Pero
no los pongas completos porque más de uno va a pensar que te has
equivocado! bromea el menor de los hijos de 'Lolín'.
Extraído de: eldiariomontanes.es