Un radar controlará la velocidad en el tramo de la A-8 del descenso de
Saltacaballo, en dirección a Castro Urdiales. Con este dispositivo, la
Dirección General de Tráfico pretende disuadir a los conductores de
superar los 120 kilómetros por hora permitidos en ese punto negro de la
autovía, donde «se han registrado numerosos accidentes», según
reconocieron fuentes de la delegación de Gobierno de Cantabria.
El radar ha sido instalado a escasos metros de la salida de la autovía
hacia la pedanía castreña de Mioño, una zona de bajada en la que muchos
conductores «dejan ir al vehículo, sin darse cuenta de que es un
descenso muy pronunciado y sinuoso», advirtieron los responsables
gubernamentales, que adelantaron que el aparato «aún está en período de
pruebas». «No sabemos todavía qué día se pondrá en funcionamiento, pero
podría ser esta semana, aunque los técnicos todavía deben realizar
diversos ensayos que son bastante complicados», añadieron.
El
radar de Castro es uno de los cuatro que la Dirección General de
Tráfico ha puesto en marcha en Cantabria. «Los otros tres están en el
tramo que une Santander con Torrelavega, donde los límites de velocidad
se exceden continuamente y las cifras de accidentes son altas»,
detallaron desde la delegación de Gobierno. Las mismas fuentes
quisieron dejar claro que la instalación de estos dispositivos no
«tiene un afán recaudatorio». «Antes de ponerlos en marcha lo
anunciaremos convenientemente, y además existen señales previas al
radar que advierten a los conductores», precisaron.
Nuevos dispositivos
El
alto de Saltacaballo es uno de los puntos negros de la A-8 a su paso
por Cantabria. No obstante, la mayoría de los siniestros registrados en
los últimos meses se han producido en la subida, sentido Bilbao, justo
en el carril contrario a donde se ha colocado el medidor de velocidad.
Sin ir mas lejos, el pasado mes de diciembre, según datos facilitados
por la DYA de la localidad costera, se produjeron siete accidentes en
menos de un mes. Pese a todo, la asociación de ayuda en carretera
reconoció que «la mayoría de los golpes fuertes en Saltacaballo se
producen justo en el alto, en ambos sentidos». Además, apuntó que los
otros tramos de la autovía con altos índices de siniestralidad son el
de la depuradora, la entrada Norte de Castro, Islares y la bajada de
Ontón.
La Delegación del Gobierno de Cantabria estudia la
posibilidad de instalar nuevos dispositivos en las carreteras de la
región antes de fin de año. Sin embargo, los responsables
institucionales aún no han adelantado en qué puntos de la red viaria
serán colocados.
Extraído de: elcorreodigital.com