Su historia recuerda a la de Julián Gutiérrez, un cura de Écija que
acabó siendo concejal en Jerez por el Partido Comunista primero, y el
PSOE después. Sólo que para lograrlo no tuvo más remedio que colgar
antes los hábitos, extremo al que el párroco de Sámano, Eleuterio
Castanedo, no quería llegar. Él deseaba ser concejal de Bienestar y
Asuntos Sociales por el Partido Regionalista de Cantabria y seguir
dando misa los domingos, labores que el Arzobispado de Oviedo ha
juzgado «incompatibles».
El PRC conoció ayer la negativa de los máximos responsables
eclesiásticos de Cantabria. «No nos parece justo. Estábamos muy
ilusionados con su candidatura», se dolió el alcalde de Castro,
Fernando Muguruza. «Cumplía perfectamente con el perfil necesario para
ejercer de concejal. Lamento que no se sepa interpretar la democracia
debidamente. ¿Por qué un cura no puede participar en la vida política?
No es una actividad innoble. Si quisiera jugar al fútbol, ¿tampoco
podría?», se preguntaba ayer el primer edil.
Una cosa u otra
Según
explicaron fuentes de la parroquia de Castro, la Diócesis ovetense ha
considerado «incompatibles» los votos religiosos con el inicio de una
carrera política. Debía decantarse por una. «Siendo concejal perdería
las parroquias», razonaron.
Después de un año de conversaciones
y planes, el clérigo castreño y el PRC decidieron que Castanedo, de 50
años y licenciado en Antropología, se haría cargo del área de Bienestar
y Asuntos Sociales del Consistorio.
«Estaba muy interesado en
temas sociales y acordamos que ingresaría en las listas. Supondría una
incorporación muy positiva para el partido», alabó Muguruza, que no
podía disimular su contrariedad por la negativa. Además, según el
alcalde, la candidatura del párroco no sería un hecho «inédito». «Otros
curas ejercen o han ejercido la política», se defendió.
Desde
que José Vilaplana, actual prelado de Huelva, dejara libre el cargo de
Obispo de Santander el pasado mes de julio, Cantabria no dispone de un
sustituto. Esa es la razón por la que la Diócesis de Santander depende
exclusivamente del Arzobispado de Oviedo, cuyo máximo representante es
Carlos Osoro. Fuentes solventes han confirmado que Vilaplana ya se
mostraba «reacio» ante la posibilidad de que el cura de Sámano se
implicara en el mundo de la política.
Muy afectado
Encargado
de la parroquia de la pedanía desde hace varios años, Castanedo
confirmó ayer a este periódico la prohibición remitida por el órgano
eclesiástico, pero no quiso hacer valoraciones al respecto.
«Está
muy afectado, porque le hacía mucha ilusión colaborar activamente en la
vida del municipio a través de la política», desveló el alcalde de
Castro Urdiales al ser preguntado.
Extraído de: eldiariomontanes.es