La asamblea que celebró el pasado sábado la ACT para cerrar el año 2005
y comenzar a trabajar de cara a la próxima temporada fue una cortina de
humo en la que se trataron asuntos más relacionados con la nueva
asociación que con el futuro de la ACT.
De acuerdo a los estatutos de la propia ACT se han incumplido dos
puntos de los mismos. El primero en la reelección de la junta directiva
y el segundo en la cobertura de la vacante que podría dejar Astillero
en el supuesto de ser expulsada de la ACT.
El acta de la asamblea número 21 que comenzó a las 11.30 y recoge
en el punto primero la elección de la junta directiva, a pesar de que
se presentaron otras alternativas sobre la mesa con opciones de
presidencia para Vizcaya o Cantabria, no se consideró oportuno, y se
decidió la alternativa de votar a una nueva junta con un único cambio
sobre la del año anterior, Javier Sorozábal, de Arkote, que sustituyó a
Felipe Naval, de Isuntza.
Los estatutos de la propia asociación son claros, en este sentido y
en su artículo 13 en el punto siete dice textualmente: «La junta
directiva podrá ser reelegida, si bien - unicamente- podrá serlo para
un nuevo mandato de forma que una misma plancha pueda consecutivamente
estar en el cargo durante dos legislaturas. Para aprobar la reelección
de la junta directiva es necesario el voto favorable de la mayoría
absoluta de los asociados presentes o representados en la votación».
Se da la circunstancia que la salida del representante de Isuntza
de la junta directiva impide de acuerdo a los estatutos la reelección
de los otros tres miembros, Ángel del Hoyo, de Orio, Piter Bravo, de
Castro y Araceli Fernández, de Cabo Cruz.
La posible vacante
Los clubes de la ACT o de la nueva asociación si se mantiene la
intención de disolución de la asociación y creación de una nueva sin
Astillero, pretenden incluir en la ACT a Isuntza club que descendió en
la temporada pasada.
Se da la circunstancia que en los estatutos de la ACT se contemplan
de forma clara las directrices que se deben seguir en el supuesto de
las vacantes que puedan quedar entre los doce clubes participantes.
Recogen tres supuestos, el primero por extinción de la sociedad
asociada, el segundo por separación de la ACT de forma voluntaria y el
tercero por sanción disciplinaria.
En el caso de Astillero se puede dar el tercer supuesto, es decir
que los cántabros sean expulsados de la ACT por imposición de una
sanción. En todos los casos en el artículo 22 de los estatutos en el
punto tercero hace referencia a que cuando concurra el supuesto
previsto en el apartado B, haciendo referencia a los supuestos
apuntados anteriormente, disolución de la entidad, separación
voluntaria o sanción. Los estatutos dicen así: «Cuando concurra el
supuesto previsto en el apartado B del epígrafe 1 de este artículo, la
Junta Directiva de la asociación tendrá la facultad de proponer, por
designación directa, la admisión de nuevos socios que cubran las
vacantes que se produjeren . Para ello, y siempre que sea posible, se
procederá a la cobertura de vacantes teniendo presente la procedencia
geográfica del club que cause baja».
Con este planteamiento para la admisión los derechos deportivos de
los clubes cántabros en la Liga Federativa le corresponden a Laredo que
fue el primer club cántabro que se clasificó en esta competición.
De todas las formas, los actuales responsables de la ACT no parecen
estar por la labor de ajustarse a los estatutos de la asociación y de
las manifestaciones del presidente se desprende que cuentan con Isuntza
en el supuesto de producirse alguna baja.
Llamamiento a la unidad de los clubes
El Gobierno de Cantabria hizo ayer un llamamiento a los tres clubes
cántabros de remo pertenecientes a la ACT (Astillero, Castro y Pedreña)
para que se mantengan unidos y les advirtió de que el contrato de
promoción turística por el que paga a cada uno 60.000 euros al año «es
revisable en cualquier momento». En cuanto a los clubes cántabros de la
ACT, López Marcano les recordó que, al contrario que el resto de
traineras de Cantabria, ellos tres no reciben sus ayudas dentro de una
convocatoria ordinaria, sino merced a un convenio de promoción
turística por la publicidad que hacen de la comunidad en la competición.
El código deontológico del médico
El presidente del club de remo Astillero, Víctor Sainz de la Maza, ha
llegado hasta el Colegio Oficial de Médicos de Cantabria con el fin de
denunciar al galeno de la ACT, Juan José Badiola, por haber dado a
diferentes estamentos y personas los informes médicos de los remeros,
documentación de carácter confidencial.
La comisión deontológica del Colegio Oficial de Médicos se reunirá
en los próximos días para analizar este caso y tendrá que decidir si la
forma de actuación de la parte denunciada se ha ajustado o no al código
deontológico de la profesión.
Los remeros astillerenses están muy molestos por la forma de actuar
con sus expedientes ya que, en ningún caso son documentos públicos, y
entienden que no se les ha pedido permiso para divulgarles por parte
del médico.
Extraído de: eldiariomontanes.es