viernes. 29.03.2024

Desde Tito Flavio Vespasiano hasta Atáulfo Argenta, pasando por Arturo Dúo, se puede recorrer la historia de Castro Urdiales a través de sus esculturas. Y es que la ciudad cuenta con un buen número de ellas que representan, en cierto modo, la memoria histórica de una ciudad que comenzó siendo Portus Amanus (Puerto de los Amanos) se convirtió con los romanos en Flavióbriga y hoy es Castro Urdiales.

En este recorrido, lo primero que encontramos es la escultura del emperador romano Flavio Vespasiano que está situada en frente de la Iglesia Santa María de la Asunción. Fue colocada en la pasada legislatura por el entonces concejal de Medio Ambiente y Arqueología, Juan Tomás Molinero. Esta escultura representa al emperador que creó Flavióbriga en el año 74 después de Cristo.

A continuación, descendemos por las escalinatas hasta el puerto de Castro Urdiales y se pueden contemplar dos monumentos que están muy ligados a la tradición marinera de la ciudad. El primero de ellos es en homenaje a las rederas de la ciudad, a cargo de Salvador Ceballos que refleja esta profesión tradicional. Una profesión que sólo la ejercen dos familias a día de hoy. En el monumento aparecen dos mujeres tejiendo las redes de los barcos que acaban de faenar.

La otra estatua es una escultura que recuerda al hombre de la mar, al marinero, y también, como no, al remero, obra del artista castreño Carlos Goitia. Abandonamos el puerto y con dirección al muelle de Eguilior y el parque de Amestoy nos paramos en los jardines. Ahí radica una escultura en honor al pianista y director de orquesta, Atáulfo Argenta. Esta estatua fue colocada en la década de los sesenta y fue creada por Rafael Huerta Celaya. En frente, empieza el paseo marítimo Manuel Gutiérrez Elorza donde hay una obra en honor a 'Lolín'.

El paseo de Luis Ocharan Mazas nos conduce hasta el Centro Cultural 'La Residencia'. Allí está colocada desde mediados del siglo XIX la estatua Diana de Gabies, una escultura que representa a una diosa sacando una flecha del carcaj (bolsa donde se guardan las ballestas), copia de la Artemisa de Praxiteles.

Una de las últimas

Frente a este edificio se encuentra el muelle Don Luis y ahí está ubicada una de las estatuas que más recientemente se han colocado: el monumento a la mujer del campo y del mar, del castreño Goitia. Proseguimos por el paseo de Luis Ocharán hasta la Casa de la Naturaleza y allí aparece una escultura que no es de propiedad municipal. Se trata de una representación de una sirena que da nombre al edificio al que pertenece.

Una vez llegados a este punto, retrocedemos hasta la Iglesia del Sagrado Corazón y en la calle República Argentina encontramos otro monumento del siglo XIX; la fuente de Los Leones, que fue comprada en París en la década de los años 60. También en el colegio público Arturo Dúo hay otra estatua, que representa, como no podía se de otra forma, una nota musical. Una de las últimas esculturas de este recorrido la encontramos enfrente del Centro Musical Ángel García Basoco. Se trata de una figura que representa al director coral, profesor y compositor castreño, Arturo Dúo.

Por último, continuamos esta calle dirección al Pedregal, una cala interior de cantos rodados, y encontramos dos esculturas de unos jóvenes disfrutando del mar y del atractivo paisaje que ofrece esta zona marinera de Castro Urdiales.

Extraído de: eldiariomontanes.es

Una ciudad de escultura