viernes. 19.04.2024

Las fiestas de San Andrés tienen un marcado carácter gastronómico. Y lo

tienen gracias a dos protagonistas ya consagrados en en Castro

Urdiales: el besugo y sobre todo, por su precio más accesible, los

caracoles.
Las raíces de este evento local están vinculadas a una acostumbre de

los marineros que se remonta cuatro siglos atrás, aunque no se puede

precisar con exactitud ya que, como casi todas las tradiciones, sus

orígenes se pierden en la historia. Según Luciano Prada, director de la

publicación centenaria en la localidad 'La Ilustración', «hay

antecedentes por escrito desde hace cuatro siglos».

Con

documentos históricos en mano, la archivera municipal de Castro

Urdiales, Mari Carmen Galván, muestra un periódico semanal denominado

'Fray Verás', fechado en un lejano domingo del siglo XIX, el día 5

diciembre de 1897. Según el rotativo castreño y en la experta opinión

de Galván, «los marineros celebraban sus contratos verbales para

participar en las costeras del besugo, en la festividad de San Andrés,

nombre que se le dió más tarde a la Cofradía local».

Cuenta el

documento histórico que «terminado el convenio amistoso que alimentaba

a sus familias, los marineros lo festejaban con suculentas meriendas en

las que se imponían los caracoles como plato del día». Por todas las

partes se veían humear las 'caracoladas' que son el plato que los

grupos de marineros compartían diseminados por el puerto para celebrar

su empleo. Estas cuadrillas marineras, que completaban las tripulación

de invierno para pescar el suculento pescado, solían estar compuestas

por una veintena de marineros que, juntos, compartían los caracoles.

Según recoge el periódico, «en la fiesta abundaba el vino tinto y no

faltan las coplas del país y el tamboril».

Sin embargo, Luciano

Prada destacó que, a principios del siglo XX, «la fiesta era sólo

marinera y se centraba en las calles de San Juan y aledaños del

Consistorio. Se encendían barriles de brea para iluminar la fiesta que

ha ido evolucionando.

Desde 1950 el festejo se hizo popular».

Por último, se refirió a que el turismo sacó la fiesta a la calle y la

tradición gastronómica de San Andrés la recogieron todos los vecinos.

«Hoy la fiesta local es la antesala de la Navidad», concluyó.

Restaurantes y lonjas, sitios de encuentro

De aquellos tiempos en los que los trabajadores de la mar se reunían

cerca del puerto para comer los caracoles, ha habido algunos cambios.

En aquella época los marineros ni se imaginaban que siglos más tarde

miles de personas les emularían.

Y es que ahora, cuando la

ciudad cuenta con unos 30.000 habitantes censados y casi otros tantos

sin empadronar, en esta fiesta local miles de personas se reúnen en

torno a las mesas para comer, según mandan los cánones, caracoles y

besugo. Y qué mejor para comer que los buenos restaurantes de la

localidad castreña. Estos locales, y sobre todo los que rodean el

puerto castreño, cuentan por estas fechas sus listas de reservas al

completo. En ellos, se llevan días preparando estos platos que hoy

degustarán cientos de personas.

Lonjas

Aunque todo

depende del bolsillo. Otros muchos castreños, desde hace años, no

renuncian a los buenos platos y se proveen de caracoles y besugos para

llevárselos a casa. Luego, nada mejor que compartir el guiso.

Para

ello, se utilizan lonjas y domicilios privados en los que degustar

caracoles o besugo. Una opción sin duda más barata. Aunque todo vale si

es para festejar a San Andrés.

El besugo, segunda opción

El precio elevado del besugo, más caro por la cercanía de la fiesta de

Navidad, ha ido marcando, casi sin quererlo, la tendencia de que los

caracoles pasen a ser el plato central de las mesas castreñas. Pablo

Villasante, patrón mayor del Cabildo castreño, dice que lleva

celebrando más de cincuenta años la fiesta de San Andrés. «La he

celebrado toda mi vida, aunque no sé muy bien los orígenes de la

festividad que sí conozco desde siempre». Defendió la caracolada, pero

como pescador que es, opinó sobre el besugo. «Lo comerán sólo los que

alcancen a pagarlo», bromeó.

Villasante también ofreció un

consuelo a aquellos que no vayan a catar este pescado. «Los besugos ya

no son del Cantábrico. Ahora los traen desde el mar Mediterráneo y de

África». El responsable del Cabildo castreño quiso hacer una mención

especial a otro producto venido del mar: el chicharrón grande. «La

localidad castreña tiene tres platos tradicionales: el besugo, los

chicharrones y los caracoles», dijo.

Hoy, jueves, el patrón

acompañará al presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel

Revilla, y al resto de autoridades, como es habitual, a la misa mayor.

La cita será, como siempre, frente a la vieja Cofradía de San Andrés y

las autoridades serán precedidas hasta la iglesia de Santa María por el

pendón del santo y la Banda de Música municipal.


Extraído de: eldiariomontanes.es

Historia, tradición y gastronomía se unen para honrar a San Andrés