El animal "tiene buen aspecto y, con los primeros exámenes realizados, no parece derivarse ninguna patología importante". El objetivo principal, por tanto, es que recupere peso. "Se le ha suministrado pescado para que vaya alimentándose. Tampoco es raro que en los primeros días le cueste comer pero parece que su comportamiento es jugar un poco con la comida lo cual es buena señal”.
Esta cría de foca pesa ahora unos 12 kilos y "la idea es que llegue a los 30-35, un peso a partir del cual se podría proceder a su liberación". Esto puede llevar, según ha dicho Lucio, por lo menos un par de meses.
Hasta entonces, "va a estar en el máximo aislamiento posible con respecto al ser humano porque se trata de que no se acostumbre a la presencia del hombre. Esta especie tiene tendencia a estar en zonas cercanas al hombre porque hay alimento, entre otras cosas. Cuando son tan pequeñas el riesgo de que se acostumbre a la presencia humana y a comer de su mano es mucho mayor que en adultos". Por eso, "va a recibir la visita esporádica del personal veterinario lo mínimo indispensable para que coma".
El Director General de Medio Natural ha explicado que los temporales de mar arrastran desde sus zonas de cría hacia el sur a los recién nacidos o a ejemplares enfermos. Ha recomendado que en caso de localizar alguna "se avise a las autoridades pertinentes y se evite darles de comer porque pensamos que estamos haciendo algo bueno y estamos haciéndoles un flaco favor".