jueves. 28.03.2024

Cuando miembros del Grupo Espeleológico La Lastrilla (GELL) de Castro

Urdiales avanzaron por una de las galerías de La Cubilla en 1989, no

esperaban darse de bruces con un misterio que les tendría en vilo 16

años. En su descenso por una de las grutas, hasta entonces virgen, se

toparon con una treintena de troncos. «Estaba claro lo que eran y que

eran muy antiguos», recuerda Rolando Fernández, componente del GELL.
Saber cuál era la edad de aquellos restos se transformó en una

obsesión. Averiguarlo era tan simple como realizar la prueba del

Carbono-14, pero «no teníamos dinero para pagarla, así que esperamos»,

explican Estíbaliz Oruella y Luis Miguel Casabona. La espera tuvo su

recompensa a finales de 2005, gracias a una subvención concedida por el

Ayuntamiento de Castro.


Un laboratorio de Polonia les dio las respuesta: los troncos

databan del año 1245. «Para hacernos una idea, en aquel entonces

Alfonso X El Sabio era un niño, y Las Cruzadas estaban a punto de

finalizar», destaca Fernández. No obstante, la importancia del hallazgo

no radica tanto en su antigüedad, como en que es «poco habitual

encontrar vestigios de este tipo». «Habitualmente se hallan restos

óseos, pero madera, rara vez», desvelan.


Con la fecha más o menos clara -el Carbono-14 tiene un margen de

error de 20 años-, el GELL comenzó a sacar conclusiones. La primera es

que los troncos sólo pudieron llegar a ese lugar de la cueva «por una

gran inundación». «Hablamos de una riada de proporciones catastróficas

porque estaban a 50 metros de altura sobre el río y eso implica un gran

volumen de agua. Es una conclusión inquietante, porque si ocurrió una

vez, podría volver a pasar», advierten.


Una película


La segunda conclusión no hace más que confirmar la gran riqueza

espeleológica de Castro y su entorno. «Los sistema de cuevas existentes

aquí contienen mucha información que podríamos empezar a estudiar si

dispusiéramos del dinero suficiente», asegura Rolando.


La aventura les ha llevado a realizar una pequeña película de 15

minutos de duración en la que se narran las peripecias discurridas

hasta desvelar «el misterio de los troncos de La Cubilla». Su

exhibición hace varias semanas en Castro ha despertado tanto interés

entre la población que han tenido que encargar más copias.


Las miradas de los componentes del GELL están puestas en otros dos

puntos emblemáticos del municipio: Punta Peña y Candina. En el primero

han explorado dos grutas que discurren paralelas, una de ellas de 17

kilómetros. «Entre ellas se acercan tanto que no llegan a estar

separadas por más de 20 metros. Sabemos que se comunican por algún

lado, pero aún no sabemos por dónde». La de Candina, en Oriñón, parece

aún más complicada. «Hay galerías subterráneas, pero no hemos podido

descender nunca a más de 100 metros. Seguimos buscando la puerta de

entrada», señalan.

Extraído de: elcorreodigital.com

Decenas de troncos hallados en una cueva de Castro se remontan al siglo XIII