martes. 23.04.2024

Hay profesiones que parecen ser exclusivamente ejercidas por hombres.

Una de ellas es la de taxista, donde el sector masculino es el

predominante. También en Castro Urdiales ocurre lo mismo, aunque en la

ciudad hay una excepción: Oihana Arredondo.
-¿Cómo lleva ser la única mujer taxista en Castro Urdiales?

-Muy bien. Lo llevo con orgullo.

-¿Desde cuando se dedica a conducir el taxi?

-Ya va para cinco añitos y medio.

-¿Y cómo la tratan los compañeros?

-Mis compañeros de 'tele-taxi' muy bien. Me cuidan bastante.

-Es una profesión en la que últimamente se ven casos dramáticos. ¿Tiene miedo por las noches?

-No,

porque no suelo hacer noches. Trabajo de cara a estar en la parada y

más bien con clientes habituales. De todas formas, si tienes miedo,

mejor no trabajar en ello. Para hacer algo con miedo, es mejor no

hacerlo.

-Hablando de miedo, hace un año y medio hubo un triste suceso en Castro Urdiales. ¿Cómo lo vivió?

-Con mucha rabia e impotencia. Sobre todo con mucha rabia

-Y al día siguiente, ¿Cómo se enfrenta una volante?

-No

lo piensas. Nunca piensas que te va a tocar. Es como te enfrentes a la

vida. Te lo puedes encontrar en cualquier lugar, puede estar en el

taxi, en la tienda, en la joyería o en la esquina de la calle. Lo que

está claro es que en esa ocasión no fue por dinero.

-¿Cómo lleva la familia la profesión?

-Ahora

bien. A mi madre le costó un poco al principio. Me decía 'ahí la niña

taxista'... Lo normal al ser madre, con un poquito de miedo, pero ahora

muy bien. Orgullosa de que su hija sea taxista.

-¿Algún golpe con el coche?

-No. Yo nunca he dado un golpe. A mi me han dado varias veces, el último hace muy poquito en la autopista.

-¿Quién cree que conduce mejor: los hombres o las mujeres?

-Hay de todo. Yo creo que, por naturaleza, las mujeres lo hacemos bien todo, pero hay de todo.

-¿Es la típica taxista que da conversación en los recorridos?

-Sí.

Yo soy muy charlatana. Soy muy abierta y si ves a alguno que no tiene

ganas de charlar, que son los menos, no dices nada, pero la mayoría

quiere hablar.

-Taxista y psicólogo. Dos profesiones diferentes pero cercanas...

-Sí.

Hacemos de psicólogos y sin estudiar la carrera. Además, yo llevo casi

seis añitos y te vas dando cuenta con el tiempo que te encuentras con

gente que te cuenta sus problemas

-¿Cómo ves la circulación en Castro Urdiales?

-En verano es un caos, imposible conducir. Es como la selva

-¿Qué es lo que más le molesta a un profesional en la carretera?

-El

'efecto cotilla'. Es cuando todos los vehículos se paran para observar

a uno que está parado en el arcén y no molesta a nadie. Se quedan todos

mirando aunque haya tres carriles para la circulación.

-¿Y qué hace un taxista?

-Yo no me suelo quedar mirando. Miras de pasada, sin llegarte a parar.

-¿Para cuando espera ver a una compañera taxista?

-Cuando quieran, que se animen.


Extraído de: eldiariomontanes.es

«Llevo con orgullo ser la única taxista de la ciudad»