sábado. 27.07.2024

Pasada por agua. Así ha sido hoy la celebración de la Pasión Viviente de Castro Urdiales, donde la insistente lluvia obligó a suspender la representación en el momento culminante de la crucifixión de Jesucristo. Al igual que describen los evangelistas en la narración de las últimas horas del Rey de los Judíos, las tinieblas también han cubierto hoy el cielo de Castro Urdiales, donde se congregaron miles de personas, que finalmente se vieron privadas de los compases finales de la representación.

Desde el comienzo de la jornada, la lluvia se erigió como la gran protagonista e hizo que el inicio de la Pasión Viviente, previsto para las 10.00 horas, se retrasara media hora a la espera de que el cielo concediera un respiro, que no llegó.

Frases como "Es una pena" o "Con el tiempo que llevan preparándolo" comenzaron a aflorar en las bocas del público asistente, que se arremolinaba en los aledaños de la iglesia de Santa María, punto de inicio del recorrido, al ver las caras de los casi 600 actores que participaban en la representación y que no podían dejar de mirar hacia arriba en busca de una mejoría del tiempo.

Las primeras escenas de La Pasión, correspondientes a la Última Cena, la oración en el huerto de Getsemaní, el beso de Judas y el posterior prendimiento de Jesucristo, se desarrollaron entre la incesante lluvia y los paraguas de los asistentes.

Pero la situación comenzó a hacerse insostenible y los efectivos de DYA empezaron a repartir a los actores, algunos de ellos semidesnudos o descalzos, mantas y caldo caliente para combatir las tiritonas.

Alrededor de las 12.00 horas, concluido el juicio del senado judío o Sanedrín a Jesucristo, la Comisión Organizadora de la Pasión decidió suspenderla de forma momentánea y se dio un plazo de 30 minutos para decidir si ésta era definitiva.

La desolación se hizo visible en los rostros de todos los actores -desde los más pequeños hasta los veteranos- donde las lágrimas comenzaron a brotar al ver que el trabajo de todo un año de preparación podía quedar en nada.

Así lo aseguraba resignado David Fernández -el joven que este año encarnaba el personaje de Jesucristo- quien parecía destinado a cambiar el guión del Evangelio y librarse del tormento de la cruz.

El propio consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Javier López Marcano, quien ha acudido hoy a Castro Urdiales, no era optimista con la climatología y, en declaraciones a Efe, afirmaba que ante una posible suspensión había que pensar ya en el próximo año.

Sin embargo, a los veinte minutos del parón la lluvia concedió una pequeña tregua a los actores, quienes recibieron con aplausos el anuncio de la reanudación. A pesar de la mejoría del tiempo, se decidió que los niños abandonaran la recreación.

Castro Urdiales pudo ver un año más a Jesucristo desfilar por sus calles, gritando de dolor ante los azotes que, sin piedad, le propinaban los soldados romanos, soportar sobre sus hombros la pesada cruz, caer al suelo, ser levantado y, posteriormente, alzado en el madero en el que, sin duda, ha sido el momento más espectacular y dramático de la representación.

Sin embargo, ha sido en ese punto cumbre cuando un fuerte aguacero ha obligado a suspender la representación de la muerte y resurrección de Jesucristo.

Finalmente, la lluvia, que ha deslucido completamente la jornada, ha podido con la celebración de la Pasión Viviente, una iniciativa que comenzó en 1984 y que se ha convertido en Fiesta de Interés Nacional.

Aunque los Servicios de Protección Civil del Ayuntamiento de Castro Urdiales preveían la asistencia de unas 10.000 personas, por el momento se desconoce, ante la falta de los datos oficiales, el daño que la meteorología ha podido causar en el seguimiento de la Pasión.

Fuente: Agencia EFE

La lluvia impide que la Pasión Viviente de Castro Urdiales tenga su final