9 de febrero de 2008, 5:53
Los vecinos del número 10 de la calle Santander abandonaron ayer definitivamente sus viviendas y ya están alojados en pisos de alquiler que se están costeando ellos mismos. Un vallado de madera corta el acceso al edificio y el tránsito de peatones por la acera que traspasa el perímetro del inmueble.
A pesar de que casi todos los enseres están ya fuera, los propietarios disponen de una llave para abrir la puerta del vallado y seguir sacando sus pertenencias.
Extraído de: eldiariomontanes.es