Acudir a la farmacia es una tarea que se hace frecuentemente, sobre
todo en estas fechas con la aparición de las gripes y catarros. Pedir
medicamentos sin receta médica no es aconsejable para la salud, una
situación que también ocurre en Castro Urdiales como explica Cristina
Alonso.
-¿Hay mucha gente que se automedica?
-Hay muchísima gente que se
automedica. Eso es bastante malo. Vienen, piden antibióticos, todo tipo
de medicamentos que no necesitan receta. Con los bebés y con los niños
hay que tener especial cuidado. Pero, no hay nada que hacer, vienen y
piden lo que quieren.
-Les recomendáis que vayan primero al médico?
-Depende
del tipo de enfermedad que traigan. Si vienen por un dolor de garganta,
una irritación o así, no hace falta derivarles al médico, pero si hay
fiebre, por ejemplo, se les deriva inmediatamente al médico que es
quien debe recetar.
-¿Se ruborizan los jóvenes cuando van a comprar preservativos?
-Sí,
les pasa a muchos. Los más jóvenes son los que menos ruborizados
vienen, tienen mucha cara. Luego hay algunos que te piden media
farmacia y al final te piden preservativos. También hay quien viene y
te pide primero una caja de preservativos y luego una de aspirinas.
-¿Quién se acerca más a la farmacia por estos temas, los chicos o las chicas?
-Cincuenta
por ciento, por igual. Las ventas varían mucho de lunes a jueves y de
viernes a domingo, ahí es donde varía y no entre chicos y chicas.
Respecto a las edades podemos decir que entre los 18 y 25 años son los
que más consumen, pero también hay casos de padres que vienen para
comprárselos a sus hijos, que también hay bastantes. Aunque no vengan
los jóvenes, lo bueno es que los usen.
-¿Cual es lo más curioso que te ha pasado detrás del mostrador?
-Han
pasado cosas muy curiosas. Desde hombres que han venido preguntando por
hormonas para que les crezcan los pechos. Realmente no sé para qué lo
quería porque me estaba pidiendo algo extraño. Era sudamericano y no
entendía muy bien lo que quería, y al final llegamos a un entendimiento
y me dijo que era para una señora de allí, de su país, pero yo todavía
lo dudo un poco.
-Los productos alternativos se ven cada vez más en la farmacia.
-Sí,
la terapia alternativa, homeopatía, fitoterapia cada vez va mucho más
en aumento. Nosotros trabajamos con mucha seguridad en ese tipo de
medicamentos porque prácticamente no tienen efectos secundarios. Hay
mucha gente que no cree en ellos, entonces, evidentemente, está la
medicina tradicional. Pero para determinados sectores de la sociedad,
en personas mayores que toman mucha medicación y en bebés o niños
pequeños, sí trabajas con mucha seguridad para patologías pequeñas,
como puede ser un dolor de cabeza o una gripe, donde puede funcionar
muy bien.
-¿La gente sigue sin creer en los genéricos?
-Siguen
sin creer en los genéricos y son igual de buenos. Siguen desconfiando
porque cambia la caja y ya no es lo mismo, no hace lo mismo, ya no pasa
lo mismo que con los medicamentos 'originales'.
-¿Es psicológico?
-Sí,
el efecto placebo yo, personalmente, pensaría que es un cincuenta por
ciento, y luego ya evidentemente tienen su función y su actividad los
medicamentos que se compran.
-Un estudio reciente indica que los medicamentos con cajas de determinados colores influyen positivamente en el paciente.
-Sí,
nosotros en la carrera tenemos una asignatura que era psicología y
dábamos el tema de los colores. Se analizaban los colores y cómo
interaccionaban con las determinadas patologías. Hablaban de utilizar
el azul en antidepresivos o tranquilizantes, por ejemplo. No era un
tema básico, pero sí dábamos cómo los laboratorios utilizan el nivel de
relax que nos dan los colores para utilizarlos en los medicamentos.
-¿Cómo surgió la vocación de farmacéutica?
-Detrás
del mostrador llevo tres años. Yo realmente nunca había pensado en ser
farmacéutica, el tema de la salud siempre me gustó mucho, pero mi
pasión siempre me fue la química y la biología. Entonces tuve un
profesor que me dijo que estudiara farmacia ya que se combinaba todo y
que era mucho más divertido. Fijate empecé, acabé la carrera y aquí
estoy.
Extraído de: eldiariomontanes.es