viernes. 19.04.2024

De las ‘Cuatro Villas de la Costa de la Mar’ que se organizaron como una entidad administrativa y política, asumiendo una representación colectiva a lo largo de la Baja Edad Media, sin duda fue Castro Urdiales la que por razones de antigüedad en tal sentido y por su propio prestigio histórico, alcanzó una importante representación que le llevó a presidir la ‘Hermandad de las Marismas’, constituida por el 4 de mayo de 1296 y a la que se unieron representantes de los concejos de las villas marítimas cántabras y vascas con Vitoria. Para entonces, como decimos, Castro Urdiales tendría un importante recorrido histórico, mercantil y pesquero y era un puerto conocido en el comercio internacional.

Los orígenes de la Villa

Con mucha anterioridad a que los autores griegos y latinos dieran noticia de un puerto primitivo situado en Castro Urdiales, los yacimientos prehistóricos de la zona castreña permiten realizar una reconstrucción histórica y cultural en la época magdaleniense y, desde luego, en la Edad del Bronce, que atestigua una milenaria presencia humana. Allí construyeron un puerto el pueblo primitivo de los Sámanos, y es Plinio el que da noticia del mismo señalando «el puerto de los Ámanos donde ahora se encuentra la Colonia Flaviobriga», la última de las doce colonias fundadas en la España Citerior por el Emperador Vespasiano, hacia el año 70 d.C. Esta Colonia romana adquiriría una dimensión importante recientemente estudiada y de ella quedan numerosos testimonios arqueológicos.

El puerto primitivo romano constituye los orígenes de la villa de Castro Urdiales, que como todas las poblaciones establecidas en la costa, sufrirían los ataques realizados en sus correrías por la costa cantábrica, según manifiesta el Cronicón de Hidacio cuando dice que en el siglo V, una tropa de 400 Hérulos llegó hasta Lugo en siete naves y, rechazada por la población, bordeando el litoral devastó los puertos de Cantabria y Vardulia en su regreso a las costas de Holanda. Se dice que unos monjes llegaron a aquel puerto en la época visigoda, instaurando una iglesia sobre el peñasco más prominente, base posterior de la iglesia de Santa María.

La Fundación Medieval

Tal y como sucede con el origen medieval de las poblaciones más significadas de Cantabria, Castro Urdiales tendría un origen vinculado con la invasión musulmana, durante la cual cántabros y vascones pudieron mantener su independencia, que por parte de los cántabros fue tan significativa para la constitución del reino astur. La despoblación del valle del Duero efectuada por Alfonso I y la llegada de inmigrantes huidos de la invasión musulmana, iría dejando su huella en muchos de aquellos lugares, ahora nuevamente fundados o poblados.

A la llegada de estas gentes a Castro Urdiales hace referencia Lope García de Salazar en sus ‘Bienandanzas y Fortunas’, manifestando que «un caballero destos godos, que poblo alli en Urdiales mucho antes de la villa de Castro se poblase, fiço los monasterios de Sant Martín de Campijo e de Santa María Magdalena de Castro… ».

En efecto, Alfonso I repobló hasta el Nervión y aquel hecho pudo favorecer el desarrollo de la antigua localidad, de la que la primera noticia escrita aparece en el Fuero de Cervatos del año 999 en el que se menciona ‘el Castro de de Castella Vetera’. Corresponde al año 1011 una licencia otorgada por los Condes de Castilla Don Sancho y Doña Urraca al Monasterio de San Salvador de Oña, permitiendo que su ganado fuera a pastar en un extenso territorio «hasta Sámano ».

En 1102, según refiere Luciano Serrano en su obra sobre el Obispado de Burgos, se constata la presencia del Obispo en Castro Urdiales, y en la documentación del siglo XII aparece ya con el nombre actual de Castro de Ordiales o ‘Castrum Ordiales’, tomando el nombre de Castro por encontrarse allí los restos fortificados de la ciudad romana.

El Fuero de Castro Urdiales

El 10 de marzo de 1163, el rey Alfonso VIII de Catilla y León otorgaba mediante privilegio, el Fuero de Castro Urdiales y cimentaba de esta manera el proceso de desarrollo económico y social con el que se quería dotar a esta villa para hacerla capaz de negociar y competir con los puertos franceses, ingleses y flamencos. Castro Urdiales recibió un Fuero del tipo del que había sido otorgado por Alfonso VI a la villa de Logroño, estructurado para potenciar su desarrollo mercantil y urbano.

Tenía este Fuero la finalidad de atender a la transformación de una villa y estimular su poblamiento otorgándole un estatuto de franquicia para mejorar la condición social de sus habitantes, proporcionando un compendio de privilegios y garantías a quienes fueran allí a establecerse entre las cuales se encontraban la inviolabilidad del domicilio, la libertad de comercio, la libertad de compra de bienes inmuebles y la sistematización del aprovechamiento de los bienes comunales. Carácter muy especial merecen las normas que se ocupan de la libertad de comercio, facilitándose y garantizándose la compraventa de bienes muebles, telas y bestias protegidas si la venta se realiza en el mercado o en el camino real.

Los cargos municipales quedan conferidos a los vecinos de la villa y se sistematiza el aprovechamiento de los bienes comunales, hierbas, madera, aguas para riego y para mover los molinos. Como consecuencia de este Fuero, la villa de Castro Urdiales fue creciendo en importancia, recuperando su condición de villa real y recibiendo nuevos privilegios entre los cuales hemos de significar el otorgado desde Burgos por el rey Fernando III el 7 de febrero de 1219, poco antes de armarse caballero en las Huelgas y de contraer matrimonio con Beatriz de Suabia. En este documento se ordenó que la villa de Castro Urdiales nunca fuera enajenada de la Corona Real.

El desarrollo de la Villa

A fines del siglo XII, Castro Urdiales podía considerarse un puerto comercial de cierta importancia y de sus numerosas rentas dan prueba las donaciones realizadas por el rey Alfonso VIII al Monasterio de las Huelgas y al Obispo y Catedral de Burgos. Existe la tradición de que los Caballeros Templarios ocuparon el castillo y que la Orden del Temple tuvo unas posesiones en Campijo. López Sánchez de Urdiales fue en peregrinación a Jerusalén y dio a la Orden de San Juan, Santa María Magdalena, Santa María de Castro y San Martín del Campijo.

Castro Urdiales participaría en la conquista de Sevilla de 1248 y por ello las cadenas y la Torre del Oro se incorporan a sus sellos y escudos medievales. La actividad mercantil con los puertos franceses, ingleses y flamencos es notable en el siglo XIII y ello es la causa de que se convierta en el lugar de reunión o sede de la Hermandad de las Marismas creada el 4 de mayo de 1296. Esa importancia hace que la villa de Castro Urdiales participe en las Cortes del Reino de Castilla a través de sus procuradores, como sucede en las Cortes de Burgos de 1315 y en las de Valladolid de 1322.

Durante el reinado de Alfonso XI, un grave incendio destrozó parte de la villa, según los mareantes de los barcos y pinazas de la Cofradía de San Andrés de Castro Urdiales exponen al rey Enrique III manifestando que se quería despoblar la villa e irse navegando a otros reinos, por lo que recibieron privilegios fiscales. También la villa sufrió otro incendio producido con motivo de un ataque de la flota inglesa. En las Cortes de Burgos de 1430 el monarca dirá que «la villa de Castro Urdiales estaba muy despoblada y destruida por mortandades, guerras y escándalos por se quemar de fuero desveces y haber sido robada por los ingleses».

Extraído de: elalerta.com

Rogelio Pérez Bustamante: Castro Urdiales, Villa Medieval