La Plataforma en Defensa de la Peña Santullán, ha emitido un comunicado de prensa en el que comienza diciendo que «resulta tan paradójico como lamentable, que las administraciones encargadas de velar por el cumplimiento de la Ley, la defensa de los intereses comunes y el cuidado del medio ambiente que nos rodea, sean por acción u omisión los responsables últimos de la lamentable degradación a la que se está viendo sometida la Peña de Santullán. Y resulta más sorprendente aún, que una de estas administraciones sea la propia Dirección General de Medio Ambiente que, desde el pasado mes de noviembre, no ha dado respuesta a la solicitud de reducción de la zona de explotación de la cantera».
En contraposición a este silencio, «el ruido de las excavadoras no ha cesado, avanzando inexorablemente hasta el punto de introducirse en el área que se pretende proteger. De hecho, en las inmediaciones de la cueva Ricuedrago ya se han detectado piedras de grandes dimensiones procedentes de la explotación ladera arriba». Cualquiera que sea la razón por la que no se ha contestado, desde la Plataforma, «urgimos a la Dirección General de Medio Ambiente a tomar una determinación sobre esta propuesta, antes que la maquinaria de la cantera se encargue de hacerla inútil».
Sigue diciendo la Plataforma que «no menos lesiva resulta la actitud de la Consejería de Industria, obcecada con ampliar el polígono de Vallegón hacia la zona más cercana a la Peña de Santullán. A pesar de disponer de un millón de metros cuadrados, resulta cuando menos chocante o sospechoso que sean poco más de 150.000 metros cuadrados en torno a la Peña, los que se pretendan desarrollar en una primera fase. Máxime cuando la segunda fase ni está prevista, ni se la espera, a la vista del proyecto de Parque Industrial en Dícido. Y todo esto está adornado con un ‘Convenio de recuperación ambiental de la Peña de Santullán’, anunciado a bombo y platillo por dicha Consejería y la Junta Vecinal de Sámano, que en nuestra opinión no es más que una mera operación de maquillaje, una maniobra de distracción destinada a engañar a la opinión pública y a acallar las conciencias de los responsables de permitir que semejante proyecto salga adelante.
Este acuerdo se limita a la falda sur y oeste (la zona mejor conservada de la Peña) y consiste únicamente en la plantación de algunos árboles autóctonos, la colocación de elementos que faciliten la anidación de aves (cuando una de las principales riquezas de la Peña es precisamente la anidación de aves rapaces en las grietas cársticas) y la colocación de algunos carteles. Un balance muy pobre ya que, desde nuestro punto de vista, no tiene sentido realizar una mínima intervención medioambiental en la zona menos degradada para, a continuación, realizar una actuación tan agresiva con el entorno, como es la instalación de un polígono industrial».
Estraído de: elalerta.com