La masiva urbanizacion, los puertos deportivos y los campos de golf, las principales amenazas.
La organización ecologista opina que también deben ponerse en marcha medidas globales que garanticen una protección integral del litoral, entre las que destaca el establecimiento de una Red de Reservas Marinas que salvaguarde y revalorice la costa, la productividad de los mares, la vida marina y sus ecosistemas para los muchos millones de personas que dependen y disfrutan de este espacio.
En su informe, destaca que la costa cántabra está muy amenazada por los efectos del cambio climático y por la construcción de cuatro puertos deportivos y 3.252 amarres.
"Una de las mayores amenazas para el litoral cántabro es el cambio climático", asegura Greenpeace, que subraya que, según un estudio realizado por la Universidad de Cantabria para el Ministerio de Medio Ambiente, una de cada cinco playas cántabras desaparecerá como consecuencia del ascenso del nivel del mar debido al cambio climático.
Se trata de las playas denominadas confinadas y que están limitadas por acantilados o estructuras artificiales (paseos marítimos, diques, espigones) que restringen o impiden su desplazamiento hacia el interior o los lados.
En longitud, señala la organización, esta pérdida se traduce en 12,15 kilómetros, más del 46 por ciento de los 23.37 kilómetros de playas que existen en la actualidad en el litoral cántabro.
En su opinión, estos datos deberían hacer reflexionar primero y actuar en consecuencia después sobre las actuaciones que emprenden en el litoral.
PLAYA DE ORIÑÓN
En este sentido, señala que el Ministerio de Medio Ambiente se "empeña" en seguir realizando obras de ingeniería "dura", como la "restauración ambiental" en la playa de Oriñón, en Castro Urdiales, "donde plantea construir un paseo marítimo de hormigón, una senda con bancos y pérgolas, una pista de voleibol y dos áreas de juegos infantiles sobre las dunas terciarias de este arenal, en lugar de destinar sus esfuerzos y el dinero público a la regeneración de este espacio costero".
Respecto a los puertos deportivos, Greenpeace indica que llama la atención que el plan contemple la ejecución de obras cuyos trámites administrativos "comenzaron antes de su publicación, como en el caso de Castro Urdiales o San Vicente de la Barquera, o de obras ya licitadas, como el de Laredo, sin esperar a que se resuelva el trámite de Evaluación de Impacto Ambiental del conjunto del plan".
Subraya que los planes de urbanización de la costa cántabra con miles de viviendas van acompañados de la ilegalización de cerca de otras mil, mientras que más de una veintena de municipios litorales siguen incumpliendo la directiva europea de saneamiento de aguas residuales y la playa de La Concha en Suances no cumple las normas de calidad de las aguas de baño.
Para Greenpeace, los "puntos negros" de Cantabria son la playa de Oriñón, Laredo, Noja, Arnuero, Santander, Piélagos, Miengo, Suances, Valdáliga y San Vicente de la Barquera.
Extraído de: eldiariomontanes.es