sábado. 20.04.2024

Recientemente publicábamos en MUCHOCASTRO acerca del incendio que se había declarado en un edificio en construcción abandonado de la calle Ceuta y Melilla, cerca de la trasera del polideportivo municipal Pachi Torre.

Este edificio fue abandonado en construcción en agosto de 2010, apenas un mes antes de la entrega de las 81 viviendas qeu albergaba y cuando éstas se encontraban prácticamente terminadas y empezaba a rematarse el exterior de la urbanización.


Las medidas cautelares impuestas a este y otros edificios de la zona por el Juzgado de Castro Urdiales, por aquel enconces titularidad del juez Acayro, obligaron a la empresa constructora a interrumpir la obra "temporalmente" a la espera de aclarar algunas supuestas irregularidades urbanísticas.

Lo que podría pasar por otro de los grandes fiascos urbanísticos de Castro Urdiales fruto de la burbuja inmobiliaria que tan fuertemente azotó a la ciudad, tiene detrás las historias de los futuros vecinos que vieron como el sueño de su nueva casa se convertía en pesadilla de la noche a la mañana.

Y es que poco después de pararse cautelarmente la obra, la constructora quebró, entrando en un concurso de acreedores que envió a los futuros vecinos al final de una cola interminable para intentar recuperar algo de lo pagado, por detrás de bancos, gremios... Un concurso que años después sigue sin celebrarse.

Muchos fueron quienes invirtieron en este edificio unos ahorros que, simplemente, se han volatilizado, sin que nadie pueda ayudarles. Así, sin nadie a quien acudir, los vecinos siguen con la única esperanza de que, algún dia, el concurso de acreedores les depare algunas migajas que les permitan recuperar al menos parte de las cuotas pagadas al constructor (en torno al 20% del valor total de las viviendas).

Hoy día, el edificio es una especie de vergonzosa escultura que se mantiene erguida para recordar el desastre urbanístico vivido en Castro Urdiales hace no tanto tiempo. Un mastodonte de +8000m2 de superficie que probablemente seguirá en pie hasta que se caiga solo, ya que parece dificil que nadie quiera asumir el coste de derribarlo y tampoco parece factible que otra constructora lo adquiera para terminar la obra, pues los problemas por los que fue parada aún no se han solucionado.

Junto al edificio fantasma, una calle de igual calificativo, destinada a unir la Avenida de La Libertad y la Calle Los Caseríos y por la que nunca circuló ni circulará ningún coche, puesto que se encuentra cerrada y abandonada a su suerte, al igual que el propio edificio.

 

El edificio abandonado tras el Pachi Torre, vestigio del desastre urbanístico de Castro...